El parlamento ruso aprobó un proyecto de ley que permite considerar como agentes extranjeros a periodistas y blogueros que estén vinculados o trabajen con medios de comunicación ya clasificados así en Rusia y que son financiados desde el extranjero.
La decisión legislativa fue criticada por defensores de la libertad de prensa, que la consideran restrictiva del periodismo independiente. Además, la ley permitiría que personas que compartan la información de esos medios etiquetados sean también señaladas, de acuerdo con información de El País.
Quienes sean catalogados como agentes extranjeros podrían encarar controles fiscales y jurídicos rigurosos, de acuerdo a la noción rusa de espionaje y de enemigos del Estado.
El proyecto aprobado se suma a la ley rusa de 2012 que permite declarar como agentes extranjeros a organizaciones no gubernamentales y de defensa de derechos humanos financiadas desde el extranjero.
Desde 2017 se contempla también a medios de comunicación en ese marco legal, presuntamente como respuesta del Kremlin a una medida del gobierno de Estados Unidos de obligar al medio Russia Today a registrarse como agente extranjero.
Con la decisión legislativa de 2019, los individuos son incluidos en esta posibilidad de ser señalados como agentes extranjeros. La medida ha sido criticada por organismos como Human Rights Watch, Amnistía Internacional o Reporteros sin fronteras, a la que consideran restrictiva y una herramienta para silenciar a voces de oposición.