Por Obed Campos.
El secretario de Seguridad de Nuevo León, Aldo Fasci Zuazua, no se anduvo por las ramas y les quitó el mote de “terroristas” a los delincuentes organizados que actúan en territorio nacional, a los que llamó “macuarros” y a quienes, según él, se les da mayor importancia.
Aldo puede ser muy buen abogado y muy buen policía, pero lingüista no es, por lo que, ante la duda, consulté a la Real Academia de la Lengua Española y me encontré con esta definición:
Terrorismo:
1.- Dominación por el terror.
2.- Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror.
3.- Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos.
En cambio, busqué “macuarro” en el mismo diccionario y la palabra no existe, aunque unos clicks más adelante, Internet me lanzó el siguiente resultado:
Macuarro:
“La palabra macuarro (albañil, también antisocial) lleva el sufijo despectivo -arro, que encontramos en palabras como cacharro, guarro y guijarro”.
Aldo contestó así a las intenciones del presidente Donald Trump, que tardaría un tiempo en “causar estado”, de cambiarles el mote a los delincuentes mexicanos dedicados al tráfico de drogas, armas y gente, por terroristas.
“Jurídicamente no son terroristas, creo que le estamos dando un nivel superior al que tienen, estos son asesinos, son macuarros no encuentre otra la palabra en el diccionario para definirlos”, dijo Fasci.
Mi pregunta es muy simple: ¿Entonces a qué se dedican esos “macuarros”? ¿No siembran el terror en comunidades enteras? ¿No se dedican al terror al cerrar calles u avenidas de nuestras ciudades incendiando vehículos? ¿No siembran el terror con sus secuestros y sus violentas ejecuciones?
Finalmente creo que al pueblo le importa un pito como se llame a esos “tlacuaches”, como también los han señalado algunos, (con todo respeto para las zarigüeyas). Lo que el pueblo quiere es paz.