Por Obed Campos
Faltan unos 17 meses para las próximas elecciones que habrán de traer no un relevo, sino un sustituto para la debacle que ha significado ¿la administración? estatal de Jaime Rodríguez Calderón El Bronco, y aunque muchos no le ven posibilidades serias, sea quien sea el abanderado o abanderada de Morena, el partido del presidente tendrá mucho peso en la balanza electoral del verano de 2021.
Los que sí le saben al tema de la política local, ven la llegada (regreso) de Waldo Fernández al escenario de la grilla nuevoleonesa como interesante y de gran futuro, porque él, aunque viene con cierta bendición de Olga Sánchez Cordero, con quien trabajó en Gobernación, sabe que tendrá que hacer equipo o estructura para la auto llamada Cuarta Transformación (4T) y sabe su mejor aliada será Judith Díaz a quien lo une una gran amistad.
A estas alturas hay que ser claros y recordar que Morena como partido organizado tal no existe en Nuevo León, porque en Nuevo León la escasa izquierda que pervive no se pone de acuerdo.
Sin embargo son cuatro grupos preponderantes, pero antes de que los lea, aclaro que el orden de los factores no va a alterar el resultado electoral.
Eso sí, a Judith Díaz la han acusado a veces de que no se ve, pero lo que no saben muchos es que ella, al igual que la inefable Tatiana Clouthier han construido calladas, calladas…
Pero los analistas políticos serios y los vendedores de espejitos coinciden en que Morena en Nuevo León esta constituido o dividido en cuatro grupos, y que aunque se repitan las elecciones del pasado consejo, cosa que va a pasar, quedarán los mismos grupos al final de cuentas.
El primer grupo, (por no llamarlo tribu, para no chotear) como me dicen, es el de Judith Díaz, quien, como dicen, callada, callada junto con su equipo lograron 72 consejeros afines en la pasada elección. Atrás de Judith está Tatiana Clouthier y sus operadores son un tal Paco Cerda y varios ex alcaldes de todos los sabores. Me juran que de este equipo saldrá el nuevo dirigente tal como se hizo en el 2003 con la caída de la vieja cúpula del PAN y la llegada de la neo cúpula.
El segundo grupo es el de Mario Fernández y Rosario Piedra y ellos hacen fuerte a Berta Puga y a Horacio flores… en ese orden. Poncho Romo no trata a Horacio ni al grupo solo lo sobrelleva (¿será porque los ve muy naquitos?). Ellos solo lograron 28 consejeros afines.
El tercer grupo es el de Yeidckol Polevnsky, alias Citlali Ibáñez Camacho, que encabezan Víctor Govea y Carlos Suárez, quienes en realidad no encabezan nada porque nada mas lograron posicionar tres consejeros afines.
Y el cuarto grupo es la gente de la secretaria Olga Sánchez Cordero, pastoreados por debajo del agua por el priista Abel Guerra y aparentemente por arriba por el coordinador de los diputados locales Ramiro González, y ellos, no hicieron presencia en la elección pasada interna, aunque presumen haber sacado 10 consejeros afines. Este grupo es una suma de diputados locales como Julia Espinosa de los Monteros y su asociado Ramiro Alvarado, Paola González y Guillermina Alvarado.
El común denominador es que todos quieren dejar fuera a la gente de Horacio flores.
Si en Nuevo León hubiera procedido la elección interna de dirigente nacional aquí tres grupos se hubieran sumado a Berta Luján contra Yeidckol Polevnsky, de tal forma que aquí las tribus de Morena chilangas no tienen el control y el power “moreno regio”, lo tienen puros ex panistas, ex priistas, y ex perredistas.
En el caso de la mano de Alfonso Romo, lo que me dicen es que a pesar de su cercanía con el presidente, a él no le gusta tener control político, sin embargo va en todo lo que huela a Tatiana Clouthier.
Y aunque Tatiana detrás de Judith se ve como la más fuerte en el Estado…
Pero de los 17 meses que quedan para las elecciones, todavía podemos seguir grillando unos 16.