Por Obed Campos
La golpiza que les recetaron los vecinos de un sector de San Bernabé, al norte de Monterrey, a dos policías estatales de Nuevo León, quienes supuestamente andaban queriendo cobrar piso en una tienda de la zona norte, deja muy mal parada la imagen de Seguridad Pública del Estado y de Fuerza Civil, la cual, bajo el mando de Aldo Fasci, la raza traviesa ya le cambió el nombre y le dicen “Farsa” Civil.
Los expertos en el tema de la seguridad se preguntan a dónde quedaron las pruebas de control y confianza, que servían de filtro para las contrataciones.
Los dos elementos de marras, asignados al área rural de la fuerza estatal, apenas dieron alta en diciembre pasado, y los vecinos enardecidos no los mataron nada más porque como dicen en el rancho, Dios es Grande.
La advertencia de los organismos de la sociedad civil es la misma: que hay que cuidar que la corporación no se vea filtrada por delincuentes.
Eso, y no la explicación boba de Julio César Puente, presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, quien dijo que el problema se da por falta de policías…
Puente se ve que en el tema de seguridad, no mas no da el tono: faltan policías, sí, pero policías honestos, que los tiene que haber y faltan políticas de la corporación que privilegien el buen comportamiento de los elementos y lo premien.
Ah ¿y cómo reaccionó el Gobierno de Nuevo León ante el caso? Pues un con lacónico boletín de 177 palabras que se mandó por mail a ciertos opinadores.
Pero si de veras a Fasci o al gobierno, (llámese Manuel González, quien es secretario de Gobierno) quisieran, comenzarían por limpiar la casa, que de verdad está muy sucia.
Porque este caso, dicen, apenas es un botón de muestra de la calaña de contrataciones hechas por la actual administración.
Y esos son “los que nos cuidan”. ¿Cómo estarán los otros?