Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
Para ser lamebotas hay que descubrir primero las botas y, a pesar de la autocelebrada humillación cotidiana del periodista Marco Olvera, hay que decirle que el presidente Andrés Manuel López Obrador no usa botas. Flaco favor quiso hacerle Olvera a López Obrador. La petición de Marco de utilizar a la Unidad de Inteligencia Financiera que dirige Santiago Nieto para perseguir a los críticos del presidente no sólo es un acto de vileza mayúscula, es revivir la Inquisición y, ciertamente, es una actitud indigna, fascista.
Si Marco Olvera quiere que, de los políticos no escribo ahora, Denise Dresser, Víctor Trujillo o la activista Frida Guerrera, sean investigados e investigadas, lo primero que debió hacer es mostrar sus cuentas bancarias, sus propiedades, lo que gana. La crítica sin autocrítica es hipocresía y, se sabe, la ideología de los conservadores es la hipocresía.
La misoginia de Marco Olvera no puede representar a la 4T. Rebajar a Frida Guerrera a ser un títere de George Soros, sin pruebas, sin evidencia, habla muy mal del “periodismo” que ejerce Olvera. Intentar la persecución va en contra del modelo democrático que pretende la 4T.
Marco Olvera carece de un discurso coherente y un conductor de Sin Censura, casi testaferro, menos. Desprecia a Frida Guerrera por ser “psicóloga” y no periodista por participar en las mañaneras, al mismo tempo reivindica la libertad de expresión que puede ejercerse en las conferencias, incluyendo a quienes no son “periodistas”, ¿en qué quedamos?
Antonio Ruiz, conductor del programa Sin Censura, critica al reportero de SDPnoticias por tener opiniones personales y asegura que los reporteros no deben de ser noticia (¿y el periodismo gonzo?). Critica sin tapujos al periodista Alberto Rodríguez por llamarle en su cara “fascista” a Marco Olvera, pero permite que otro periodista, quién sabe de dónde y con ojo cubierto a lo pirata o a lo nazi, llame perro a Alberto. Ahora los hipócritas se creen modelo de periodismo. No hay que censurarlos. Hay que combatirlos desde las ideas. Misógino, Marco Olvera repitió que Frida Guerrera huía. Nunca lo hizo. Hay dignidad en la activista. Olvera sólo es un periodista vil, miserable.
Jesús Ramírez, titular de Comunicación Social de la Presidencia, pide un periodismo con libertad y respeto. Está claro. No menos.