Por Obed Campos
Si José Manuel Mireles Valverde no fuera doctor, y no hubiera trascendido como combatiente de los Grupos de Autodefensa Comunitaria y su activismo, bien podría ser bodeguero en algún mercado de abastos…
Dicho con todo respeto para los bodegueros de los mercados, que son gente de lo más decente.
¿O no?
Y esto lo digo porque la Secretaría de la Función Pública suspendió al doctor Mireles Valverde, de su puesto de subdelegado del ISSSTE en Michoacán, por la friolera de 5 días por realizar comentarios misóginos y despectivos en contra de las mujeres.¿Pero qué se podría esperar de él? Y qué podríamos esperar de la SFP, que se tardó casi medio año para llegar al dictamen de que Mireles rompió el Código de Ética de los Servidores Públicos, por haber usado frases como “piruja” y “nalguita”, para hablar públicamente de las mujeres, esto los días 4 y 9 de septiembre del 2019, en Apatzingán y Uruapan.
SDPNoticias explica en una nota de ayer:“Específicamente, el 4 de septiembre Mireles llamó a las mujeres ‘pirujas, aludiendo a las concubinas de los derechohabientes del ISSSTE, y el 9 de septiembre fue grabado asegurando que el líder sindical de la institución le pidió una plaza ‘para una nueva nalguita…’”
Mireles Valverde estuvo preso de 2014 a 2017, por porte de armas, y se volvió una suerte de mártir.
Pero a su salida de la cárcel no ha hecho otra cosa sino mostrar su misoginia y el año pasado, en octubre de 2019, “el doctor Mireles”, como se le conoce, “casó bien”, como dicen en el rancho, con una joven 39 años menor que él, Estephania, la cual tenía 21 años al momento del matrimonio pero cuando comenzaron su relación, “el doctor Mireles” aún estaba casado y la novia contaba con apenas 16 años.
Juzgue usted si esto, con el lenguaje incluido, no es pasar en un momento de santo a hereje.
