La pandemia del coronavirus es «la peor crisis mundial desde la Segunda Guerra Mundial», unos mil 250 millones de personas que laboran en sectores económicos considerados como de alto riesgo pueden sufrir «drásticos y devastadores» despidos y el recorte de sus salarios u horas de trabajo, según informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
A nivel mundial, se prevé que la crisis por el COVID-19 hará desaparecer 6,7 por ciento de las horas de trabajo en el segundo trimestre de 2020, lo que equivale a 195 millones de trabajadores a tiempo completo, se anota en el documento.
Recortes a gran escala están previstos en los Estados Árabes (8,1 por ciento, equivalente a 5 millones de trabajadores a tiempo completo), en Europa (7,8 por ciento, o 12 millones de trabajadores) y en Asia y el Pacífico (7,2 por ciento, 125 millones de trabajadores).
La OIT prevée enormes pérdidas en los distintos grupos de ingresos, en particular en los países de ingresos medios altos (7 por ciento o 100 millones de trabajadores a tiempo completo).
Esto supera con creces los efectos de la crisis financiera de 2008-2009 ; y los sectores más expuestos al riesgo incluyen los servicios de hospedaje y restauración, la manufactura, el comercio minorista y las actividades empresariales y administrativas.
A nivel regional, la proporción de trabajadores en estos sectores «en riesgo» varía de 43 por ciento en las Américas a 26 por ciento en África.
«Algunas regiones, África en particular, tienen niveles de informalidad más altos, lo cual unido a la falta de protección social, gran densidad de población y débil capacidad, plantea a los gobiernos serios desafíos sanitarios y económicos», advierte el informe.
A nivel mundial, dos mil millones de personas trabajan en el sector informal (la mayoría en las economías emergentes y en desarrollo) y corren un riesgo especial.
Solución dependerá de las medidas políticas que se adoptarán
En su informe sobre la cuestión, la OIT afirma que el posible aumento del desempleo mundial durante 2020 dependerá de manera considerable de la evolución futura y de las medidas políticas que serán adoptadas. Existe un riesgo elevado de que, para final de año, la cifra será significativamente más alta que la previsión inicial de la OIT, que era de 25 millones de desempleados.
«Los trabajadores y las empresas se enfrentan a una catástrofe, tanto en las economías desarrolladas como en las que están en desarrollo… Tenemos que actuar con rapidez, decisión y coordinación. Las medidas correctas y urgentes podrían hacer la diferencia entre la supervivencia y el colapso», expresó Guy Ryder, el director de la OIT en la introducción al informe.
Más de cuatro de cada cinco personas (81 por ciento) de las 3 mil 300 millones que conforman la fuerza de trabajo mundial están siendo afectadas por cierres totales o parciales de su lugar de trabajo.
El jefe de la OIT añadió que es necesario adoptar medidas políticas integradas y a gran escala, centradas en cuatro pilares: apoyar a las empresas, al empleo y los ingresos; estimular la economía y los empleos; proteger a los trabajadores en el lugar de trabajo; y utilizar el diálogo social entre gobiernos, trabajadores y empleadores a fin de encontrar soluciones.
«Esta es la mayor prueba para la cooperación internacional en más de 75 años. Si un país fracasa, entonces todos fracasamos. Debemos buscar soluciones que ayuden a todos los segmentos de nuestra sociedad global, en particular los más vulnerables y los que tienen menores posibilidades de valerse por sí mismos», expresó Ryder.