Funcionarios de la embajada de Estados Unidos en China advirtieron en 2018 sobre la falta de seguridad en un laboratorio en Wuhan donde se estudiaba el coronavirus en murciélagos, reveló una investigación de The Washington Post este martes.
Los cables de las advertencias del Departamento de Estado han suscitado nuevas conjeturas sobre el posible origen del coronavirus, aunque aún no hay pruebas concluyentes.
Desde enero de 2018, los funcionarios estadounidenses visitaron varias veces el Instituto de Virología de Wuhan (WIV), tras lo cual enviaron dos advertencias oficiales a Washington sobre los «riesgosos estudios» en murciélagos.
La delegación estadounidense estaba integrada por Jamison Fouss, el cónsul general de Wuhan, y Rick Switzer, consejero de medio ambiente, ciencia y tecnología de la embajada. Los cables diplomáticos, calificados como sensibles, fueron obtenidos por el Post.
En ellos, los funiconarios propusieron más atención y ayuda al laboratorio de WIV. En el primer cable advirtieron que el trabajo del laboratorio sobre coronavirus de murciélago y su posible transmisión humana representaba un riesgo de una nueva pandemia similar al SARS.
«Durante las interacciones con los científicos en el laboratorio de WIV, notaron que el nuevo laboratorio tiene una grave escasez de técnicos e investigadores adecuadamente capacitados necesarios para operar este laboratorio de alta contención de manera segura», menciona el mensaje del 19 de enero de 2018.
En los mensajes, la embajada también argumenta que Estados Unidos debía brindar más apoyo al laboratorio de Wuhan, pues se había demostrado que la enfermedad estudiada era transmisible a humanos.
Sin embargo, de acuerdo con la investigación del periódico, el gobierno de Estados Unidos no proporcionó asistencia adicional a los laboratorios. El Post también apunta que al interior de la administración de Estados Unidos ya se preguntan si un accidente en el laboratorio de Wuhan podría ser el origen de la pandemia.
Pandemia, sigue golpeando sin pausa a Nueva York
El número de personas fallecidas por COVID-19 en las últimas 24 horas en el estado de Nueva York fue de 778, un repunte tras una breve racha de dos días de descenso en la cantidad diaria de muertes.
Así lo informó este martes el gobernador del estado, Andrew Cuomo. El lunes, las muertes por COVID-19 desde el día anterior fueron 671 y el del sábado al domingo se registraron 758.
Sin embargo, horas más tarde se reportó que el número total de muertes solo en la ciudad de Nueva York aumentó a más de 10 mil, con más de tres mil 700 nuevas muertes contabilizadas este martes.
Las autoridades explicaron que el aumento se debe a que hoy incluyeron a personas que no dieron positivo al virus, pero después de su fallecimiento se concluyó que murieron a causa de COVID-19, informó The New York Times.
Con todo, Cuomo consideró temprano que los datos en estos últimos días sugieren un aplanamiento de la curva de los efectos del COVID-19. Esta mañana mencionó que la cuenta es «básicamente plana en un nivel devastador de dolor».
En asociación con otros estados del noroeste, como Nueva Jersey, Cuomo ha comenzado a planear una estrategia coordinada para reabrir el estado, aunque esto depende de que los ciudadanos continúen atendiendo las restricciones de distanciamiento social.