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Por Francisco Tijerina Elguezabal

“Necesitamos desesperadamente que nos cuenten historias. Tanto como el comer, porque nos ayudan a organizar la realidad e iluminan el caos de nuestras vidas.” // Paul Auster

Como los viejos “sainetes” teatrales que se montaban en los entreactos de las obras dramáticas y que no eran más que piezas de un solo acto, casi siempre cómicas o musicales, así anda el país entero, con sus gobernadores y alcaldes, montando “sainetes” en medio de las noticias de la pandemia y la reactivación económica.

Y es que ya lo dijo el presidente López Obrador, “nada por la fuerza”, de manera que igualito que con las cifras de infectados y fallecidos, mientras en la capital dan unas cifras, en muchos estados los números varían y lo mismo sucede con el regreso a la “nueva normalidad” del trabajo y las escuelas.

Al dilema ético de ponderar entre la salud y la economía con el regreso al trabajo, se suma el ingrediente de que a todos los gobernantes los calificarán por su desempeño enfrentando las crisis tanto médica como económica y es este pequeño detalle el que termina siendo el punto neurálgico del tema: ¿estarán cuidando la salud y economía de sus sociedades o pensando más en su popularidad, relaciones con diversos sectores y futuro político?

Con los nervios de punta tras casi dos meses de forzado encierro, los actores sociales, políticos, aspirantes, analistas, periodistas, empresarios, chairos y fifís, ven “moros con tranchete” en todo lo que dicen y hacen los funcionarios públicos y tienen candela para tirarles a diestra y siniestra.

¿El resultado? Un “tutti frutti” incoloro, inodoro e insípido, en el que invariablemente terminamos más confundidos que antes y no atinamos a definir quién y por qué tiene la razón.

Decía ayer que el retorno a la vida normal debería regirse por reglas claras y precisas, sin espacio a interpretaciones, con absoluta claridad en las definiciones, porque de otra manera se correrán muchos riesgos. Aquí no hay espacio para la “prueba y error” porque los conejillos de Indias somos seres humanos.

Sería divertido ver los “sainetes” que se montan a diario gobernadores y alcaldes que ejecutan los acordes de una melodía sin llevar el mismo ritmo y ni siquiera en el mismo tono… es más, diese la impresión de que tocan canciones diferentes; sin embargo no es de risa, sino de una genuina preocupación, porque a final de cuentas la guerra contra el virus es real y auténtica y está ahí, en las calles, por lo que sería ideal el que por una vez se pusieran de acuerdo y con orden delineasen las reglas del futuro inmediato.

ftijerin@rtvnews.com

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// Francisco Tijerina

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Autor: stafflostubos
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