Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Nadie es feliz sino por comparación.” // Thomas Shadwell
Veamos ahora si con todo
el sistema de transporte trabajando al cien por ciento en Nuevo León los que no
tienen que acudir a sus trabajos lo hacen en horarios fuera de las horas pico y
con ello alivian la saturación de pasajeros, sobre todo en las mañanas.
Lo dije y lo repito, las largas filas y el hacinamiento que se da en algunas
rutas, sobre todo las alejadas del centro regio por las mañanas no son producto
de las restricciones por la pandemia, sino por una herencia maldita: la de un
sistema que padece enormes deficiencias y que nadie se ha atrevido a arreglar
de raíz.
Pero seamos felices, que aunque sea poco a poco, vamos avanzando.
Porque ya imagino los gritos, quejas, protestas, sombrerazos y amparos que se
darían en el área conurbada de Monterrey de llegar a darse medidas como las
implementadas en Puebla o Chiapas en donde han decretado un “Hoy no circula”
para incentivar el que la población se quede en sus casas.
Con todo y sus bemoles Nuevo León sigue siendo punta de lanza, seguimos con una
cantidad mínima de contagios y fallecidos en comparación con los niveles que
pudiésemos tener, tanto en estudios per cápita como por un ingrediente más: el
hecho de que tenemos una enorme movilidad y que muchos, pero muchos, de
nuestros vecinos estuvieron en países de alto contagio en los tiempos de más
alta infección del virus y volvieron a casa.
Contamos, después de poco más de dos meses de cuarentena, con una buena
cantidad de camas y espacios en los centros hospitalarios para atender
pacientes graves y salvo casos excepcionales, como el de los asilos, el virus
se ha controlado, que es precisamente lo que busca la estrategia de
distanciamiento social, que no todos nos contagiemos al mismo tiempo.
Doloroso, sí, pero necesario. Escuchaba en un noticiero de TV los argumentos de
una mujer a la que le obligaron cerrar su negocio de lavado de coches que decía
que sus trabajadores tenían que llevar de comer a sus familias. Imagino la
situación de la empresaria que seguro sigue pagando renta y servicios del lugar
donde tiene su negocio y no puede al mismo tiempo estar pagando salarios, sin
embargo creo que la decisión de las autoridades es la acertada y que sus
trabajadores, con ella al frente, pueden acudir a las instancias estatales o
municipales a pedir apoyo para aguantar el encierro.
Sí, ya sé, dirán que les dan despensas pero no para pagar los recibos de
servicios, pero tenemos que pensar que es este un momento especial y que lo
básico es la alimentación. Habría que pedir a otras instancias se solidaricen
con estas personas y previo estudio social otorgar apoyos para que cuenten con
luz, agua, gas.
Reitero, estamos bien comparados con otros estados y zonas del país, ha costado
un enorme esfuerzo, pero no debemos decaer en estos momentos cruciales, falta
menos, mucho menos que al principio, y pronto podremos volver a las calles a
vivir una nueva normalidad, cuidándonos siempre de no contagiarnos, pero con un
nivel mínimo de posibilidades de contraer la enfermedad.
ftijerin@rtvnews.com