En un artículo publicado en la revista Forbes, el ex secretario de Desarrollo Social en el estado de Puebla, Gerardo Islas, recordó que suman ya varios años sin que se discuta la propuesta realizada por el empresario Carlos Slim para aumentar la productividad en los empleos.
El exfuncionario estatal recordó que Slim Helú planteó en 2016 la posibilidad de reducir la semana laboral a 3 días. Esto, con el objetivo de distribuir su personal en horarios completos de 6 días e incentivar la producción conforme a jornadas menos pesadas.
De acuerdo con Islas, existen diversos estudios que sustentan que los trabajadores son más productivos en jornadas cortas de trabajo, pues su sistema se compromete a sacar resultados de manera más oportuna en comparación con las jornadas largas. «Según estudios, el cerebro y el cuerpo humano trabajan mejor cuando deben cumplir más tareas en menos tiempo. Así, alguien que trabaja 35 horas semanales es 50% menos productivo que quien trabaja 20. En otras palabras, mientras más trabaje menos productivo será con cada hora que transcurra»Gerardo Islas.
Tanto Slim como Islas coinciden en que el tránsito hacia un nuevo modelo laboral deben ser graduales y conforme a las necesidades de cada sector.
En cuanto a la situación que se vive en México, en 2019 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó un estudio en donde revisó la situación laboral de 41 países, donde resolvió que los países donde se trabaja más horas a la semana son Colombia, Turquía, México y Sudáfrica. En el mismo estudio, se concluyó que México encabeza también la lista de los países menos productivos.
En el contexto de Emergencia Sanitaria por la pandemia del coronavirus Covid-19, el gobierno de México prevé un regreso escalonado a las actividades laborales a partir del 1 de junio, cuando comience a implementarse el Semáforo Alerta Covid-19 para evaluar los distintos niveles de riesgo en entidades.
Como parte del reinicio de actividades, centros de trabajo dosificarán el ingreso de sus empleados e incluso harán rotación en la primeras etapas de reapertura. Algunas organizaciones civiles han considerado que la actual coyuntura puede servir como punto de partida para plantear ajustes a la jornada laboral de 8 horas y transitar hacia condiciones más flexibles.