Por Obed Campos
Como diría el clásico de los escritos de grilla, el nuevo presidente del Comité Estatal del PRI en Nuevo León, Heriberto Treviño Cantú ha logrado unir a todos… pero en su contra.
Ha causado tanto malestar entre priistas y miembros de la clase política que al cacique de Juárez, Nuevo León, le entregaran el encargo de revivir al alicaído tricolor en las próximas elecciones, que, los tatamandones del partido deberían de pensar en serio en un “plan B”.
¿Por qué? Pues para empezar por el pobre desempeño de Treviño Cantú empecinado en estar siempre pagado a la ubre municipal del pequeño municipio de Juárez, donde la ONG “Alcalde como vamos” le dio la mas baja calificación a un munícipe en el estado en el 2018, de 2.8 puntos y todavía bajó a 2.5 en el 2019.
Treviño Cantú no pudo componer la inseguridad y la anarquía del pequeño municipio de Juárez, y demostró que adolece de liderazgo y por lo tanto menos de poder.
Me dicen los mismos priistas que es un dirigente que no reúne, ni mucho menos une al priismo.
Y si usted quiere algo peor, Heriberto no contará con el apoyo de los ex gobernadores, y ex presidentes del Partido.
Su paso las dos o tres veces que fue alcalde de Juárez, fue desastroso, al igual que cuando fue delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y solamente dejó un mugrero de obras tras de sí.
¿A quien se le ocurrió hacer presidente del PRI a alguien a quien solo conocen en la colonia Linda Vista, de Guadalupe donde vive, y ni siquiera en su municipio de Juárez?
Hasta sus mismos empleados dicen que en seis años de alcalde pocas veces se paró en la Presidencia Municipal ya que todo lo acordaba por la vía remota.
Para los que extrañan cuando el PRI estaba en el poder les tengo noticias: al menos acá en Nuevo León difícilmente regresará el otrora “partidazo”, con Heriberto a cargo.
