El presidente Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en un lanzador exitoso de iniciativas como la creación de la Guardia Nacional y ahora la revocación de mandato. Los congresistas, sobre todo los de Morena, han funcionado como buenos receptores. La luna de miel sigue.
Escribió Edwin “Kako” Vázquez hace unos años:
1.- “El lanzador y el receptor son los dos jugadores que más contacto tienen durante un partido de béisbol y por ende deberán estar lo más relacionados posible. Deben convertirse y ser como un ‘matrimonio feliz’ conociendo todas sus debilidades y convenios entre sí.”
2.- “Cualquier desacuerdo entre uno u otro causará un daño terrible a su novena en el desarrollo de un partido. Un receptor disgustado puede descontrolar a su lanzador, puede no hacer esfuerzo por parar una bola fuera o dentro del plato, perjudicando así a su compañeros de juego, igualmente si no hiciera las asistencias reglamentarias, todo en detrimento del juego.”
3.- “Hay receptores que tienen defectos para recibir los lanzamientos, lo que apareja graves prejuicios a la labor del lanzador. Algunas veces, él no puede conocer estos defectos, bien por que es novato en el arte o por que nadie se ha fijado en este error que es fundamental en la receptoría.”
AMLO, como pitcher, ha tenido buena efectividad; los catchers no tanto, algunos cometen novatadas de gran costo (descalificar a las calificadoras).
En el asunto de la reelección y revocación, el pitcher Andrés Manuel, veterano, sigue lanzando a la altura de las rodillas. Oposición y Coparmex han sido ponchados y no se avisora ninguna base por bolas. Perdidos en el lanzamiento, no alcanzan a ver que no es ni la revocación ni la reelección, es simplemente que López Obrador estará en la boleta de la próxima elección. Una jugada maestra.
Andrés Manuel firmará o decretará no reelegirse, eso ya lo tiene claro. Sabe muy bien que los electores no revocarán su mandato. Más que Maderista, AMLO es antiJuárez, al menos en este tema. Ni ingenuo como Francisco, ni reeleccionista como Benito.
El espejo de Andrés Manuel no lo refleja como ambicioso ni como vulgar, así lo ha dicho en una mañanera. De lo que se trata es que, más que su nombre, aparezca la Marca AMLO en la boleta. Como partido, a Morena no le alcanza, no tiene la capacidad estructural. Los candidatos, conocidos o desconocidos, tienen que aprovechar el Efecto AMLO.
Andrés Manuel está preparando desde ahora su sucesión. Pretende acentuar en los próximos comicios no sólo el poder legislativo federal de Morena, también los legislativos locales, municipios y gubernaturas. Ganar las intermedias es básico para la continuidad de la Cuarta Transformación. Y así proyectar a Claudia Sheinbaum (o Marcelo Ebrard si se da el caso) como su sucesora.
López Obrador y sus movimientos maestros: como pitcher, Fernando Valenzuela; como bateador, Héctor Espino. Ahí se las dejo.
@ruizjosejaime