Octavio Paz tuvo una relación de cercanía-rechazo con el poder político y siempre usó sus relaciones con empresarios para promover la cultura, así lo hizo con Emilio el Tigre Azcárraga. Del cambio de estafeta intelectual por la revista Vuelta, Octavio dejó testimonio en una carta enviada a Enrique Krauze el 16 de agosto de 1991:
“Querido Enrique:
“(…) Varias veces hemos hablado usted y yo del porvenir de Vuelta y, como es natural, de mi sucesión. Hace unos años, a los pocos días de haber tomado posesión de su cargo, el Presidente Salinas me ofreció, primero, la Embajada de Francia y, poco después, la de España. Decliné ambos ofrecimientos pero en nuestras conversaciones sobre este asunto evocamos de nuevo el tema de mi sucesión. Y le dije que me parecía justo y legítimo (todavía lo creo) que usted asumiese la dirección. Mis razones eran múltiples. En primer término: pensaba (y pienso) que hemos cumplido un ciclo y que es necesario un cambio en la revista, en consonancia con las transformaciones que han sufrido el mundo y nuestro país. En segundo término: está usted en la madurez, en plena posesión de sus talentos y energías; además, tiene dotes de empresario y de conductor. Por último, en mi caso: la convicción del deber cumplido y mi deseo de entregarme más totalmente, en estos últimos años de mi vida, a mi trabajo poético y a leer y a pensar un poco sin ocuparme demasiado de las tentaciones y trifulcas del exterior. Acepté la dirección de Vuelta –como lo saben Zaid, Rossi y todos los demás– porque me pareció que, después de la aventura de Plural, había que dar la pelea. Hemos dado la pelea y la hemos ganado, hasta donde hay ‘ganancia’ en los asuntos humanos. ¿Qué más puedo pedir?
“(…) Añado que no basta con tener ideas y propósitos nuevos; hace falta también un director y un nuevo grupo. Por supuesto, la nueva publicación (la nueva Vuelta, en su segunda época) tendrá que ser una revista de cultura. Los miembros de su Consejo de Redacción (no más de cinco) deberían escogerse dentro de los que hoy son parte de nuestro grupo. Pienso, sobre todo, en Adolfo Castañón, en Aurelio Asiain y en Fernando García Ramírez.”
Con el paso del tiempo Enrique Krauze se convirtió en el intelectual orgánico de los empresarios, no existió una “segunda época” de Vuelta, lo que surgió después de la muerte de Octavio Paz fue Letras Libres. Durante un tiempo se especuló que Krauze dejaría la dirección precisamente en Fernando García Ramírez. ¿Cómo se expresó Krauze de Fernando en junio de 2017?
“Fernando García Ramírez ha acompañado la travesía de Letras Libres desde mucho antes de su inicio. A principio de los años noventa, alentados por Octavio Paz, concebimos juntos la idea de fundar una revista de crítica política que impulsara el cambio democrático en México. Eran los tiempos del ‘Encuentro Vuelta: La experiencia de la libertad’, en el que Fernando tuvo un desempeño notable como editor de los siete volúmenes que recogieron esas discusiones memorables. Muy pronto, el azar postergó la realización de nuestra imaginaria revista y decidió otra cosa: la fundación de Clío, una casa editorial dedicada a la difusión de la historia.
“Fernando, que desde 1989 formaba parte del grupo joven de Vuelta, no dudó en embarcarse conmigo en esa nueva aventura. En enero de 1999, cuando nació Letras Libres, fungió como subdirector. De 2006 a 2012, siguiendo una idea de Gabriel Zaid (y siempre con la misión de afianzar nuestra incipiente democracia), fundamos el portal Lupa Ciudadana, donde Fernando dio seguimiento puntual y crítico a varias campañas electorales tanto en el ámbito federal como en el local. A partir de 2012 hasta ahora, Fernando se ha desempeñado como consejero editorial de Letras Libres.
“A todo lo largo de este trayecto de casi treinta años, además de contribuir mes tras mes con sus críticas literarias y políticas, García Ramírez ha sido nuestro más cercano consejero. La labor de Letras Libres siempre ha sido colectiva, pero en ese ‘nosotros’ la imaginación editorial, la cultura literaria, el temple liberal y la pasión crítica de Fernando han jugado un papel fundamental.”
Con la denuncia pública de la Operación Berlín que involucra directamente a Fernando García Ramírez y de paso a Enrique y León Krauze, la sucesión en Letras Libres es ya una ruptura. Enrique dejó a su suerte a Fernando. La sucesión intelectual y una parte del legado cultural de Octavio Paz, están rotas. El golpe contra los intelectuales conservadores que quisieron jugar a la política es letal. Literalmente: están desplumados. Fernando García Ramírez, chingose.
@ruizjosejaime