Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
josejaimeruiz@lostubos.com
Comprar cascajo como si fuera un monumento o una escultura de Luis Barragán (como el Faro del Comercio) nunca ha sido un buen negocio político. El coordinador de la fracción priista en el Congreso de Nuevo León, Francisco Cienfuegos, acaba de comprar cascajo de ruina a precio de escultura al incorporar a la diputada Karina Barrón al PRI.
Karina Barrón es un cascajo costoso, cascajo del PAN y de Movimiento Ciudadano. Pasearla en la Ciudad de México, tomarse foto con el dirigente nacional, Alejandro Moreno, sólo nos describe la mediocridad del PRI medinista. Incorporar a Karina no es un logro, es una vergüenza y, para ser peyorativos, un mal fichaje. Presentar el escombro como si fuera una gran adquisición sólo habla de la cortedad de miras de Paco Cienfuegos.
Asunto difícil el del PRI medinista que cree que la política se reduce a fichar porque la ideología y las convicciones ya no existen. Sobre todo cuando Karina ha fichado, literalmente, con quien mejor le pague sus favores políticos. ¿Cuál ha sido el mejor logro del PRI de Cienfuegos-Heriberto Treviño? ¿Fichar a Karina y encima convencer a Alito de que es una gran victoria política?
El PRI medinista ya entró en crisis. Quienes tienen los votos no están en su órbita, tienen agendas propias, como la expriista alcaldesa de Escobedo, Clara Luz Flores; como la alcaldesa de Guadalupe, Cristina Díaz; como el alcalde de Apodaca, César Garza. ¿Qué les queda? Un Monterrey dividido, Juárez, Santiago…
Bajo la máxima de el que paga, decide, el priismo medinista reventó las negociaciones con los otros priismos. Como no pudieron negociar con los personajes mayores, ahora se allegan, negocian con un personaje menor, intrascendente, insignificante: Karina Barrón. ¿Esa es la verdadera estatura del PRI medinista: comprar cascajo, escombro?