Por Francisco Tijerina Elguezabal
“El futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen.” // Anatole France
Lo conocí siendo muy joven en el mundo del futbol americano infantil, siempre aguerrido, siempre competitivo, siempre encendido.
Jesús Alberto Cerda Pérez, el coach “Wicho”, dejó el plano terrenal el fin de semana tras una vida llena de logros en lo profesional y con un acento especial por la forma en la que marcó la vida de miles de niños y jóvenes regiomontanos.
Siempre estricto y exigente en sus amados Vikingos de las Mitras, pero al mismo tiempo uno de los mejores motivadores que he conocido, porque te obligaba a buscar en el fondo lo mejor de cada uno para darlo en el campo.
Wicho era un genio porque igual te impulsaba con un grito que con una caricia, con un regaño o con un aplauso, sicólogo natural, sabía cómo encontrar el disparador de todos sus jugadores para hacerles rendir al máximo.
Con Wicho no había medias tintas y todo se centraba en ganar, en hacer el máximo esfuerzo, el nunca rendirte, el luchar sin descanso, el desfallecer en el intento y aún así, en la derrota, saber, conocer y entender por qué perdiste para que te quedara siempre como lección de futuro.
Lo viví y en muchas ocasiones lo padecí en los tiempos en los que fui árbitro. Discutimos infinidad de veces y debo decir que siempre me respetó, podía no estar de acuerdo con una decisión, pero al final respetaba las reglas del juego.
Años después cuando llegó al equipo de futbol americano de la Universidad Regiomontana, nos volvimos a encontrar ya que me hacía cargo de las tareas de comunicación y prensa. Estuvimos juntos apenas unos meses en esa ocasión, pero el trato fue el mismo, de respeto mutuo.
Hijo de un monstruo de la comunicación como lo fue su padre, el añorado maestro don Francisco e integrante de una familia de exitosos profesionales, Wicho tenía su carácter pero si por algo se distinguió en la vida fue siempre por su buen corazón y su deseo de servir a los demás.
Como dije, sus enseñanzas han marcado la vida de miles de jóvenes regiomontanos que tuvieron la oportunidad de aprender y crecer a su lado en lecciones de futbol americano que terminan siendo enseñanzas de vida.
¡Gracias coach por tu apasionada entrega y por tanto que dejaste aquí! ¡Gracias Wicho por tu respeto y tu don de gentes, por tu trato y atenciones! ¡Gracias por el lujo de haberme permitido cruzar caminos!
¡Hasta siempre!
ftijerin@rtvnews.com