Por Francisco Tijerina Elguezabal
“La historia se repite. Ese es uno de los errores de la historia.” // Charles Darwin
El
sainete que se traen Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado no es más
que la historia de siempre de los partidos de izquierda, en donde
forzosamente terminan de las greñas unos y otros por el control,
aunque nunca nadie tenga el control de verdad.
Contra el
refrán popular de que “la tercera es la vencida” podemos
anticipar sin temor a cometer un yerro, que gane quien gane habrá
pleito y el vencido la hará de tos y se declarará robado y
continuarán llenando de lodo al partido y complicando mucho más aún
las cosas al polarizar a la militancia en un momento que debería ser
clave para Morena.
Están pagando las consecuencias de
formar el partido sobre la marcha y con el propósito de servir de
plataforma para la campaña presidencial de López Obrador, sin haber
cuidado el construir los cimientos y vigilar las estructuras.
Hoy
deben enfrentar y resolver los desaguisados que tuvieron con doña
Yeidckol (a quien por cierto sacaron extraordinariamente de la jugada
al plantarle otras dos mujeres para dividir sus posibles votos) y el
periodo de “nadie entendió para que estaba ahí, incluido él”
de Ramírez Cuéllar.
Cuando deberían estar centrados en
cohesionar sus estructuras y fortalecer su presencia en estados
clave, siguen peleándose y lo de la presidencia del partido es la
punta del iceberg, porque en realidad lo mismo está sucediendo en
todos los rincones de México en donde se dan hasta con la cubeta por
asumir las dirigencias locales, pensando en que sean ellos los que
coloquen candidatos a todos los puestos en el 2021.
Pero
volviendo a la batalla entre Muñoz Ledo y Delgado el pleito puede
tener resultados catastróficos para los planes del presidente y el
conservar la mayoría de diputados federales, porque de continuar y
acrecentar la división de los militantes morenos, se pueden abrir
brechas que den paso a otros partidos y en un descuido les arrebatan
el tesoro.
Estas son las consecuencias de patear el bote,
de posponer decisiones, de querer quedar bien con todos, de no decir
“no” a tiempo y de no asumir el mando para poner orden en lo que
se veía desde el primer día de gobierno.
¿Repetirán la
historia y terminarán haciendo añicos al partido y dejando sin
apoyo al Presidente? Falta poco para saberlo.
ftijerin@rtvnews.com