El pasado 23 de noviembre, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro celebró su cumpleaños número 58 y para festejar el día, realizó una ceremonia en la que participaron amigos y familiares en el Palacio de Miraflores, en la ciudad de Caracas.
Durante el festejo donde los asistentes se deleitaron con música de mariachi, la mayoría de las personas portaron cubrebocas, incluido el propio Maduro, ya que la pandemia de Covid-19 continúa avanzando en territorio venezolano, pues se han contabilizado más de 100 mil casos.
El evento fue transmitido en un video en vivo a través de los medios de comunicación estatales y otros afines al régimen y a lo largo de la celebración, se pudo observar al mandatario bailando y escuchando una serenata junto a su esposa, Cilia Flores.
Sin embargo, un momento en especial captó la atención de propios y extraños, ya que a la hora de soplar las vela de su pastel y mientras el mariachi entonaba una canción de cumpleaños, Nicolás Madurointentó hacerlo mientras portaba el cubrebocas.
Rodeado de varias personas que se pudo observar, no respetaron el debido distanciamiento social, el presidente se acercó al pastel para continuar con la tradición de apagar la velita, pero no lo logró ni al primero, ni al segundo intento.
#Video | ¡Nicolás Maduro lo volvió a hacer! En la celebración de su cumpleaños número 58 intentó soplar para apagar la vela del pastel, pero se le olvidó un detalle.👇 pic.twitter.com/SvaupW9QN8
— red+ noticias (@RedMasNoticias) November 25, 2020
Debido a la peculiar situación, la propia esposa del mandatario le llamó la atención para se retirara la mascarilla y pudiera así soplar la vela, pero él insistió y no se quitó el aditamento sanitario y continuó en sus intentos aparentemente con mayor intensidad.
Al notar que no lograría su cometido, finalmente desistió y utilizó su mano derecha para terminar de una vez con el ritual y que todos procedieran a aplaudirle.
Tras lograr apagar la velita, Maduro bromeó al decir que pudo comprobar que el “tapabocas funciona”, además de que dijo que no era que él ya no soplara, sino que era la eficacia del aditamento el cual le impedía extinguir el fuego de su pastel.