Por Obed Campos
“La ciudad se derrumba y yo cantando…”
Silvio Rodríguez // «Te doy una canción»
En la prensa de Monterrey se puede leer esta mañana del primer lunes de 2021: “En las calles hay calma; en los hospitales, alarma…”, y reportan el contraste causado por la emergencia sanitaria por la que atraviesa Monterrey, México y el mundo, en el cual mientras los negocios lucen cerrados y sin clientes, los hospitales están llegando a su máximo nivel.
Pero aparentemente no todo es tragedia para todos, porque, como siempre, la inconciencia le gana a la tragedia y causa una hecatombe.
Lo digo por la suspensión, a fuerza de policías, que tuvieron que ejecutarse en dos bailes Rave, en el municipio de Santiago, Nuevo León, que reunieron cada una casi a un millar de asistentes, de acuerdo a la subsecretaria de Prevención y Control de Enfermedades del gobierno de Nuevo León, Consuelo Treviño.
La última reunión reventada por la policía ocurrió en una quinta de la carretera a San Mateo, por la cortina de la Presa La Boca, la cual comunica a Santiago con el municipio de Juárez.
Ojalá y la autoridad imponga la más severa de las multas a los organizadores, quienes ya se acostumbraron a romper la paz de las comunidades en esa zona.
Y, ya sé, sería una tontería, pero el que debía emitirse una multa a sí mismo, por dar el mal ejemplo, como lo ha venido haciendo desde el principio de la pandemia, es el engreído subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, quien aprovechó el asueto de fin de año para viajar en avión y visitar, sin cubrebocas, las playas de Huatulco, en el estado de Oaxaca.
López-Gatell, tan aficionado a la trova cubana, me recuerda la canción de Silvio Rodríguez que dice “La ciudad se derrumba y yo cantando…” porque con eso de que es el rockstar máximo, la enfermedad le hace lo que el viento a Juárez.
Se olvida el funcionario que se debe de predicar con el ejemplo… Y el ejemplo que da es, francamente pésimo.