Por Francisco Tijerina Elguezabal
“La maldad no es algo sobrehumano, es algo menos que humano.” // Agatha Christie
No alcanzo a comprender a las perturbadas mentes que generan noticias falsas.
No me da la cabeza para entender la satisfacción que pueda sentir una persona difundiendo una noticia a sabiendas de que es falsa y que con ella provocará múltiples consecuencias.
No concibo que alguien en sus cinco sentidos pueda ser capaz de generar una sicosis colectiva diciendo que hospitales de Nuevo León ya están en “Código Azul” o que el gobierno cerrará todo durante dos semanas a partir del 15 de enero.
¿Qué logran? ¿Qué pretenden? ¿Qué consiguen?
Si se trata de imbéciles que creen que con ello diezman la imagen de un gobernante o sus colaboradores, pobres tontos y ojalá, lo digo de verdad, nunca tengan que sufrir ni ellos, sus familiares o amigos, alguna consecuencia de sus barbaridades.
A casi un año del inicio de la pandemia el mundo vive crispado, con miedo, escuchando todos los días y a todas horas cómo familiares, conocidos o personas sin nombre mueren o se contagian; rezando porque no les toque, porque lleguen a tiempo a la vacuna, porque si llegan a contagiarse puedan librarla de la mejor manera.
No, no es una broma inocente ni se trata de un chiste, es jugar con la tranquilidad de miles de personas, porque quien inicia una fake-news no tiene idea de hasta dónde irá a parar su estúpida ocurrencia ni lo que terminará provocando.
De igual manera no logro concebir cómo en nuestros días, a sabiendas de que ese tipo de noticias circulan de forma permanente, todavía existan personas que les den crédito y además las repliquen como si fuesen ciertas.
Más que un castigo por parte de la autoridad, debemos apelar a la conciencia y la razón, a que se den cuenta de que lo que hacen no es una gracia sino a la oportunidad de provocar muchísimo daño, hasta muertes.
Hoy aquí declaro mi absoluto repudio a los enfermos que generan este tipo de noticias falsas y pido porque se puedan curar de sus obtusas mentes y mala entraña.