Por Obed Campos
¿Cuántos coyotes o más bien, buitres se están haciendo millonarios a costa de la emergencia sanitaria? Algunas gentes con las que he platicado han querido justificar a estos inhumanos como “negociantes” que vieron la oportunidad.
Yo no creo que a esta situación la justifica la ley de la oferta y la demanda, porque se están enriqueciendo a costa del dolor ajeno.
Pero hay que ver que esta situación ni es vigilada ni tampoco regulada por ninguna autoridad. No en México.
Lo malo es que pocas son las voces que se levantan para prevenir el desabasto y los abusos.
Una sola nota en los periódicos de hoy en la mañana toca el tema, y habla, en la Ciudad de México, que la diputada local de Morena, Esperanza Villalobos Pérez, buscará que se reforme el artículo 232 bis del Código Penal capitalino.
La legisladora propone que quien abuse por la venta o alquiler de tanques y concentradores de oxígeno sea castigado con cárcel de cuatro a siete años y se le impongan multas de 75 a 200 días del salario mínimo.
Y que además si el ilícito es realizado durante la emergencia sanitaria, las penas aumenten en una tercera parte. Villalobos Pérez lo propuso así ayer miércoles en la sesión de la Comisión Permanente y a ver si consigue que los demás diputados la apoyen.
Hasta antes de la emergencia por Covid, el IMSS proporcionaba tanques de oxígeno a sus derechohabientes cuando los necesitaban. Me consta.
Ahora han llegado a robar esos mismos tanques a las clínicas a punta de pistola y la autoridad, mosqueándose…
Y a todo esto ¿los legisladores federales? ¿Y los congresos locales? ¿Y ya al menos, la PROFECO? Pues desentumiéndose del frío y esperando los tamales del Día de la Candelaria…