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Por Francisco Tijerina Elguezabal

“Ninguna culpa se olvida mientras la conciencia lo recuerde”

Stefan Zweig

Monterrey amaneció este lunes a menos seis grados centígrados y para colmo un mega apagón puso de cabeza a la ciudad y medio país, sin respetar ideología, posición económica o circunstancia.

Y así don Juan y Mary, Toño y Lupita, tuvieron que persignarse al salir de su casa lo más abrigados que pudieron para ir a trabajar; no importó que suspendieron el servicio del Metro por la falta de energía eléctrica o que la mayoría de los pasos elevados y algunos deprimidos estuviesen cerrados a la circulación por el hielo que se formó y así también el camión tardó más que de costumbre y casi no había taxis. Hubo muchos que tuvieron que pedir “raid” o de plano irse a pie.

Por eso encanija, enfada y molesta la displicente actitud de los integrantes de la LXXV Legislatura de Nuevo León que con una pasmosa tranquilidad decidieron que tenían frío y pospusieron la sesión que tenían programada, argumentando que había fallas en el suministro de energía eléctrica.

¿Será acaso que nuestro palacio legislativo no cuenta con una planta de energía para solventar una contingencia así?

Para la hora en que nuestros flojos diputados empiezan a trabajar (con la fresca de las 11:00 de la madrugada) ya la energía eléctrica se había restablecido en todo el primer cuadro, pero ya sabe, son tan previsores que desde la comodidad de su cama, con su mameluco puesto y debajo de la colcha eléctrica, con unas llamadas y mensajes de su celular resolvieron que mejor se quedaban en casita y pedían chocolatito caliente.

Y mientras afuera muchos de los que se supone representan pasaban frío en tejabanes o afuera de los hospitales esperando alguna razón de sus enfermos, pero eso sí los que tenían que trabajar le entraron con valor y determinación, aunque mucho más motivados por la necesidad, al frío y la incomodidad.

Esas son las pequeñas diferencias que hacen que los diputados sean aborrecidos por la mayor parte del pueblo. No fuera en plena campaña porque con un diluvio o una nevada encima son capaces de salir a prometer eso que nunca cumplen, pero que cada vez que piden el voto repiten como recitación de niño de primaria.

Son pretextosos, porque con cada uno de sus pretextos se exhiben haciendo “el oso”.

ftijerin@rtvnews.com

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Vía / Autor:

Francisco Tijerina Elguezabal

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Autor: lostubos
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