Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Las muchas promesas disminuyen la confianza”
Horacio
Sí, en campaña los candidatos prometen hasta poner a un hombre en Marte, lo malo es que ni siquiera se detienen a pensar por un momento en el sustento de las solicitudes que les hacen.
Ahí tiene usted a Fernando Larrazabal, el candidato del PAN a la gubernatura de Nuevo León, que muy solícito y amable recibió a quienes dijeron ser representantes de 46 organizaciones civiles relacionadas con la protección animal y ante quienes firmó un documento, ante notario público, que abarca alejar a los niños de las corridas de toros, promover la protección animal, sistematizar las denuncias de maltrato e implementar un registro.
Visto así, el abanderado panista es “políticamente correcto” al pretender proyectar una imagen de alguien preocupado por el bienestar animal, pero definitivamente excluyente al firmar ante notario un compromiso sin haber escuchado las razones y argumentos de quienes piensan distinto a los grupos que se le acercaron.
Se supone que esos grupos promueven el bienestar animal y me pregunto, ¿qué diablos tiene qué ver eso con el prohibir la entrada de menores a las corridas de toros? ¿Eso protege a los animales?
Candidatos desesperados que saben que van abajo, pero muy abajo en las encuestas, se intentan aferrar a un clavo ardiente sin detenerse a pensar siquiera en las cosas a las que se comprometen y es precisa y justamente esa irresponsable actitud la que provoca el descrédito y desconfianza de la ciudadanía.
Habiendo tantas y tan más relevantes cosas qué atender y priorizar en Nuevo León, resulta sorprendente que en su segundo día de campaña Larrazabal les dé cabida y se atreva a firmar ante notario compromisos en los que evidentemente lo embaucaron como un niño pequeño.
Lo preocupante es que la actitud del candidato denota que no se detiene a pensar, que no repara en los detalles, que no revisa ni analiza lo que es capaz de firmar ante un notario público; que atraviesa su firma sin consultar expertos, a otros involucrados o de perdido a abogados que le señalen las implicaciones legales de signar un documento en esos términos y eso, perdón ingeniero, no deja ver más que un importantísimo y elevado nivel de valemadrismo e irresponsabilidad.
Sí, en la apariencia es muy “políticamente correcto”, pero en los hechos es usted excluyente y tomó partido sin dar el legítimo derecho de audiencia a otras partes interesadas, lo cual indica que en caso de gobernar lo haría más atendiendo su intuición y preferencias personales que la legalidad y la razón y eso, disculpe usted, no es lo que los ciudadanos de Nuevo León buscamos o merecemos.