La fragmentación de los cárteles fracturados seguirá y, en consecuencia, las pugnas entre células por el control de territorios, lo que mantendrá la violencia en el país, advierte la agencia estadounidense de inteligencia Straford.
Según el análisis anual 2019, que es tomado por las áreas de seguridad del gobierno federal, los grupos criminales mexicanos permanecen enfrascados en una «guerra terrible» sin fin y un colapso del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el más agresivo de México, que tiene abiertos frentes de batalla con sus rivales de Sinaloa y Nueva Plaza (Jalisco), lo que podría agravar la situación.
«A medida que continúe la balcanización de los cárteles, también lo hará su propagación a actos delictivos no relacionados con narcóticos y a actividades como la extorsión, el secuestro y el robo de carga, así como de combustible», concluye.
La agencia reporta que el Cártel de Sinaloa ha resistido los embates de su enemigo, el CJNG, pese a que su exlíder, Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera, está siendo enjuiciado por una Corte Federal de Nueva York. La operación del grupo sigue en manos de Ismael «El Mayo» Zambada y «Los Chapitos»: Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar.
De acuerdo con Straford, «El Mayo» y «Los Chapitos» han sido capaces de defenderse contra las incursiones del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), al mando del michoacano Nemesio Oseguera Cervantes, «El Mencho», en ciudades como Tijuana y Ciudad Juárez, donde «su resistencia exitosa es, de hecho, una gran razón para el estancamiento actual en las líneas de batalla».
Para la agencia privada, el Cártel de Sinaloa continúa produciendo grandes cantidades de metanfetamina, fentanilo, heroína, además, sigue traficando grandes volúmenes de cocaína sudamericana hacia Estados Unidos.
A pesar de las afectaciones a su estructura financiera, en 2018, las actividades ilícitas del CJNG no han sido debilitadas por el gobierno federal. «De hecho, sigue siendo el más agresivo de México y sus esfuerzos por expandir su área de control son en gran parte responsables de la ola de violencia que ataca a Tijuana, Juárez, Guanajuato y la Ciudad de México».
Según el documento, el referido grupo pelea en alianza con los restos del Cártel de Juárez —incluido el Nuevo Cártel de Juárez y La Línea, que era el brazo ejecutor de ese grupo delictivo— para derrocar a Sinaloa.
«Como en Tijuana, la batalla por Juárez sigue estancada y sangrienta, y también incluye una lucha por la venta minorista de drogas», añade.
A la vez, el CJNG y su escisión denominada Cártel Nueva Plaza, encabezada por Carlos Enrique Sánchez Martínez, «El Cholo», mantienen una batalla por el área metropolitana de Guadalajara, incluso la agencia asegura que existen «rumores que indican que Ismael ‘El Mayo’ Zambada del Cártel de Sinaloa puede estar ayudando a financiar a Nueva Plaza», y algunos informes señalan que Erick Valencia Salazar, «El 85», antiguo socio de «El Mencho», también puede estar detrás del grupo.
Alerta que un colapso del CJNG, derivado de la incursión de este grupo en otros estados, podría generar una competencia violenta no sólo en Jalisco y en la zona metropolitana de Guadalajara, sino en toda la región occidente, incluyendo Colima, Michoacán y Nayarit.
«Simplemente no vemos ningún respiro en 2019 para la región y esperamos que los conflictos en Michoacán, Colima y Guerrero continúen produciendo muertos», menciona.
En Michoacán, afirma la agencia de inteligencia, la organización criminal de «El Mencho» se enfrenta con los reductos de Los Caballeros Templarios, La Familia Michoacana, identificados como Los Viagras y La Nueva Familia Michoacana, cuya separación dio lugar a decenas de muertes, principalmente en la región de la Tierra Caliente de la entidad.
«Guerrero también sigue siendo muy disputado por una gran cantidad de grupos, que no sólo incluyen al CJNG y los restos de Los Caballeros Templarios y La Familia Michoacana, sino también escisiones de los Beltrán Leyva, como Los Rojos, Los Ardillos, Cártel del Sur, Guerreros Unidos, el Cártel Independiente de Acapulco y La Barredora, entre otros», apunta en su informe.
Straford asegura que en el noreste hay una batalla por el control de la llamada «frontera chica de Tamaulipas», entre los reductos del Cártel del Golfo y de Los Zetas.