En Plaza Garibaldi sigue operando el narcotráfico y con más fuerza en el cobro de cuotas, situación que ha ido mermando la seguridad en la famosa zona de la Ciudad de México. El 14 de septiembre de 2018, integrantes de la Unión Tepito llegaron hasta un local, disfrazados de mariachis y dispararon contra los que se encontraban ahí, matando a seis presuntos miembros de la Fuerza Anti Unión. Desde entonces, los delincuentes elevaron las cuotas que exigían en la zona, comentaron al diario Reforma.
Antes de ese hecho violento, un músico o artesano pagaba cinco pesos por ingresar a negocios llenos y los locatarios daban de 200 a 500 pesos a policías o delincuentes para que pudieran operar toda la noche, pero ahora les cuesta al menos el doble.
Un policía de Investigación comenta que si se elevó la cuota es porque dicen que les cuesta más trabajo con tanto policía: “Claro que no se fue el narco, hasta subieron sus cuotas, por el riesgo de operar ahí”.
Selene Velasco explica en su nota que la zona se divide entre los comercios establecidos, los cuales tienen décadas de existencia, y los negocios como chelerías o bares, que están violando uso de suelo, horarios, permisos para vender alcohol, algunos son administradas y atendidos por delincuentes.
Esos comercios, que operan las 24 horas del día, se encuentran frente al Eje Central o en las orillas de la plaza. Hacen cobros irregulares a clientes y se les conoce por la venta de droga al interior.
Pérdidas en Plaza Garibaldi
Luego del asesinato de las seis personas en septiembre, los que viven de la plaza sufren pérdidas de hasta 70 por ciento. No sólo por la mala imagen, sino también por la inseguridad y cobros de extorsiones o derecho de piso, tanto de parte de uniformados como de criminales. De acuerdo con empresarios, con el multihomicidio se ahuyentaron los visitantes, pero no los delincuentes.
Turistas, el blanco
Se cuenta que ahora son los turistas el blanco de uniformados, de ladrones o de los criminales organizados que ya están establecidos en negocios irregulares. Por noche, un giro negro puede ganar hasta 500 por ciento más que los establecidos, pero los toleran para que no los asechen.
Según cifras oficiales, de 2016 a la fecha, ha sido el asalto el delito que más aumentó en la zona, le siguen narcomenudeo y quebrantamiento de sellos.
Foto propiedad de: Adolfo Vladimir/Cuartoscuro