AMLO acusa a los sexenios de Salinas, Zedillo, Fox y Calderón de neoliberales. Sin embargo, estos gobiernos no se apartaron ni un ápice del intervencionismo estatal ni del paternalismo del gasto público en relación al PIB (¿se acuerdan de Solidaridad?, ¿de Progresa?, ¿de Oportunidades?).
Con las anteriores administraciones, el Estado Mexicano se ha vuelto más grande, gordo y desproporcionado y los espacios de libre mercado en México se acortaron para dar paso a los monopolios (equivalente comercial del estatismo). Pero AMLO quiere darle todavía más poder, no menos, al gobierno. ¿Para qué ha servido esto?
En realidad, como dice Gabriel Zaid en El progreso improductivo, el único comercio que ha funcionado a la perfección en México es el comercio de las lealtades, en la cual las personas han vendido su obediencia a los líderes en lugar de comprometerse con los ciudadanos. De esa lealtad retorcida surge la corrupción, que significa negar el ser por cuenta propia, imponiendo mejor “la investidura, la representación, el teatro, el ser oficial”. ¿Ya se acabaron estos defectos con AMLO?
Entonces, de lo que debería acusar AMLO a los anteriores Presidentes de México no es de neoliberales, sino de no saber qué hacer con tanta manga ancha como dispusieron para hacer y deshacer a su muy soberano arbitrio. Por ejemplo, lo único que consiguió Calderón con tamaño monstruo frío que encabezó, fue incrementar 6.5 millones de mexicanos en pobreza alimentaria, 2.4 millones de desempleados, 14 millones de trabajadores informales y la tasa de crecimiento media más pobre en la historia moderna de México: 1.91%
¿Para qué le sirvió a Calderón encabezar un Estado gigante, fuerte, altamente intervencionista, si la deuda neta del sector público (interna y externa) se triplicó hasta alcanzar 30% del PIB sin beneficios tangibles para los mexicanos? Ya se le olvidaron a Calderón estos datos duros, pero a nosotros no. Con estos resultados, el esposo de Margarita no tiene cara para escribir en Twitter y menos para fundar un nuevo partido de corte dizque liberal.
En otras palabras, ¿para qué les sirvió a los anteriores presidentes mexicanos tanto poder político y económico si luego no supieron qué hacer con él? ¿Y AMLO sabrá? Todavía es muy prematuro para saberlo, pero tendrá que revisar a fondo todo el aparato público en vez de tanta mañanera que de un tiempo a esta parte ya se está convirtiendo en chisme de lavanderas.