Por José Jaime Ruiz.
Para el presidente Andrés Manuel López Obrador los sucesos en Minatitlán, en el que murieron 13 personas, entre ellas un niño:
1.- “Desgraciadamente se presentan estos casos que se heredan de las pasadas administraciones, porque nuestros adversarios, la prensa fifí y la prensa acostumbrada a vender su libertad, quieren aprovechar hasta estas desgracias para culparnos, como si nosotros en estos meses hubiésemos alentado la creación de las bandas, pero es toda una estrategia que tienen para buscar afectarnos.”
2.- “La banda más temible era la banda de Los Pinos. Cuando ya no opera esa banda, vamos de gane, nada más que a algunos no les gusta que yo lo diga. Subrayo, puntualizo, reitero, lo importante en Veracruz es que el gobernador Cuitláhuac García es un hombre honesto y de buenos sentimientos. Los que estaban antes daban miedo.”
Para sus críticos, como Javier Sicilia, existe un lenguaje travestido en la Cuarta Transformación ya que “En este sentido, el Juárez que elogia la 4T no es distinto al Maximiliano que execra; el Madero que encomia no es diferente al Díaz que desprecia; los chairos no se distinguen –fuera de que unos estaban excluidos y los otros no– de los fifís; el AMLO que endiosan las izquierdas trasnochadas no es mejor que el Calderón o el Peña Nieto que acusan. Unos y otros, con diferentes perspectivas –más sociales o más privadas–, crearon el ambiente inhóspito, asfixiante y tóxico que la 4T pretende seguir desarrollando con un lenguaje travestido”.
¿Entran en la misma canasta AMLO, Calderón y Peña Nieto? ¿Juárez y Maximiliano? ¿Díaz y Madero? No. Creo que hay un error de óptica. Es cierto que las mañaneras cansan porque en sus alocuciones, López Obrador es cada vez más repetitivo. Al intentar imponer una pedagogía no sigue a Paulo Freire (“La práctica educativa es todo esto: efectividad, alegría, capacidad científica, dominio técnico al servicio del cambio”) sino a los maestros antiguos que enseñaban las tablas de multiplicar desde una memorización inútil. Va a llegar un momento en que la opinión pública coincida con alguna de las opiniones publicadas y le digan a Andrés Manuel “ya chole”. El discurso de AMLO, si la reflexión no es acción, terminará por agotarse y entonces sí, el lenguaje travestido se impondrá porque los ciudadanos verán incongruencia entre lo que se dice y lo que se hace. No sólo se gobierna desde el podio, no sólo se gobierna desde el templete.
@ruizjosejaime