Por Eloy Garza González.
Hace unos días comencé con un cuadro de presión alta que me dejó afónico, con apenas un hilito de voz. No le di importancia, pero mi laringe no se recupera. Me atendí con una especialista y por su cara supuse que las cosas no marchaban bien para mí.
Me diagnosticó una dolencia muy rara –una entre cien mil –, no mortal, pero sí incómoda para quienes la padecen: parálisis de la cuerda vocal izquierda. Cuando uno de los nervios no funciona bien, inmoviliza los músculos que mueven las cuerdas, lo que impide respirar o tragar correctamente. Las consecuencias pueden ser desde una neumonía hasta la pérdida definitiva de la voz. O ambas cosas a la vez.
Sin poder hablar, me metí a Internet y hallé la página personal de Larry Page, uno de los dos fundadores de Google (el otro es Serguei Brin). Page sufre la misma enfermedad exótica que yo.
Cuando un hombre rico como Page (su fortuna asciende a 16 mil millones de dólares) padece este tipo de dolencias, los demás afectados nos beneficiamos de su interés por meterle dinero a las posibles curas.
Page dice que ha aprendido mucho acerca de los problemas de voz. Conoció al médico Steven Zeitels, de la Escuela de Medicina de Harvard. Zeitels es uno de mejores especialistas a nivel mundial en la investigación de la función nerviosa de las cuerdas vocales.
Page y Zeitels, iniciaron el más importante programa global de investigación sobre foniatría, financiando “Voice Health Institute”. Preparan encuestas en línea a pacientes que como yo, estamos en condiciones similares a las del cofundador de Google.
Estas encuestas sirven para configurar un Big Data científico, de alcance universal y para que los pacientes aprendan más sobre su dolencia y los medios para combatirla; su propósito principal consiste en “recoger información sobre la prevalencia y el grado de parálisis vocal. Sus resultados se utilizan como información de primera mano en el remedio de la enfermedad”.
No es la primera vez que los cofundadores de Google invierten en investigaciones de salud. El otro creador de este motor de búsqueda, Serguei Brin, es el principal patrocinador de las investigaciones para la cura del Parkinson y promueve la iniciativa para conocer la genética de esa terrible enfermedad, además de proporcionar exámenes gratuitos a los pacientes. La madre de Brin padecía una etapa avanzada e irreversible de Parkinson y su hijo le prometió hallar la cura antes de la muerte de ella.
La ciencia médica pronto contará gracias a los dueños de Google con el uso de grandes cantidades de datos y cálculos para ofrecer tratamientos más efectivos sobre estos males y descubrir su posible cura. Mientras, Page y yo seguiremos afónicos, hablando nada más a través de la escritura.
@eloygarza