Mala rima la de la señora Claudia Scheinbaum cuando pretende atribuir la catástrofe ambiental que está sufriendo la ciudad que ella gobierna, a las ineficiencias y corruptelas de las administraciones que le precedieron en la oficina. Se le olvida que ella fue integrante de algunos de los más recientes gobiernos de la ciudad capital. Los primeros seis años de este siglo, cuando el hoy presidente López era el mero mero de la Gran Ciudad, la doctora Scheinbaum fue directora de proteción ambiental. De 2015 a 2017 fue jefe delegacional en Tlalpan, que en eso de polución sabe lo suyo.
La gobernadora de esta gran ciudad debe entender que el problema de la contaminación ambiental en el Valle de México no tiene solución.Las condiciones originales de orografía condenan a la Gran Tenochtitlan a ser una cacerola en donde se estancan los vientos y las aguas escasean conforme más mexicanos llegan al asentamiento.
Hay, desde luego, paliativos, y los han intentado todos los gobernantes. El único que me dio una solución inteligente, pero irrealizable, fue Carlos Hank González, cuando me dijo: es muy fácil; dejo salir a todos los que quieran irse de Semana Santa y cierro el camino de regreso el Sábado de Gloria. Sanseacabó.
El proyecto descentralizador de las principales oficinas del gobierno federal a diferentes zonas que requieren población y desarrollo es, en mi opinion, un recurso válido, inteligente, caro, y difícil de realizar. ¿Qué tiene que hacer la Secretaría de Marina en el sur de la ciudad capital o la de Agricultura dondequiera que esté?
El problema es que los grandes desplazamientos de masas humanas con sus necesidades y prole complica las cosas. Es una solución, pero a tardar 30 años por lo menos.
La señora Scheinbaum se va a meter en camisa de once varas restringiendo el tránsito vehicular de particulares. Todo mundo sabe que los vehículos automotrices no son el principal contaminador. Mucho menos los vehículos particulares; en el transporte público y de carga está el secreto.
Vamos a ir al doble hoy no circula, o al triple, o al no circula nadie. Eso no será la solución, porque no existe. Se requiere dinamitar la ciudad capital y refundarla, tal vez, en el planeta Marte.
PILON. El proyecto ilusorio del presidente López de una política en contra de las adicciones está bien inspirado. Como muchos otros proyectos contra el crimen, Andrés Manuel pretende atacar las causas del fenómeno y no sus consecuencias. Ojalá que con los programas de prevención e información entre los jóvenes nos libere de este cáncer social que anda en busca de la metástasis.
Yo lo dudo.