Alejandro Rojas Díaz-Durán, consejero de Morena y senador suplente de Ricardo Monreal Ávila, afirmó que todavía forma parte de Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
En conferencia de prensa precisó que continuará como militante legítimo de Morena con giras de trabajo en el país, aunado a que mantiene su decisión para competir por la presidencia del partido.
“Soy inocente hasta que se demuestre lo contrario, voy a impugnar la determinación ante los órganos internos de Morena, en tribunales locales y federales, y de ser necesario, en internacionales, con lo que la sentencia de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena aún no está firme.”
Expuso que confía en que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que pidió licencia en el partido, no apoye “esta visión autoritaria y que apoye que Morena sea democrática”.
Rojas Díaz-Durán explicó que tiene cuatro días para interponer los recursos legales a partir de que reciba la notificación de destitución, suspensión de derechos como militante del partido por tres años y la inhabilitación para ser candidato a algún cargo de elección popular.
Lo anterior, luego de que el consejo de Morena consideró que los pronunciamientos de Rojas Díaz-Durán contra la presidenta nacional del partido, Yeidckol Polevnsky, podrían considerarse como violencia de género.
Subrayó que la resolución viola su derecho a la libre expresión y detalló que es criterio del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la expresión de ideas y la crítica a las instituciones políticas, “ya que todas mis declaraciones han sido una relación de hechos que ya eran públicos, derivados de decisiones que lesionan la vida democrática de Morena”.
Expuso que como militante de la organización partidista busca hacer valer los estatutos que han sido violentados por Polevnsky Gurwitz, presidenta del partido, lo que se refleja en diversos juicios promovidos por militantes y que se han interpuesto en tribunales electorales en el país, dijo.
Además, refirió que es falso que haya hecho públicos asuntos internos de Morena; sin embargo, manifestó que en realidad de lo que se trata es la de imposición de una ley mordaza en el interior de la organización política para atemorizar a toda la base militante, con el fin de apoderarse de control total del aparato político, administrativo y electoral, para después imponer incondicionales y consolidar una línea política autoritaria y represora.
Señaló que “el riesgo político mayor para Morena y para México, no es que me sancionen a mi hoy, sino que el día de mañana, cuando ya hayan impuesto a todas las dirigencias estatales y municipales del país, quieran imponer esta visión autoritaria, excluyente y represora de toda la sociedad mexicana”.
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