Por Francisco Tijerina.
“La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera”
Horacio
Aunque en ocasiones tarde o se busque intrincados caminos, la Justicia siempre llega.
Porque “haiga sido como haiga sido” -Felipe Calderón dixit-, si al diputado Juan Carlos Leal lo expulsaron o él renunció a Morena es lo menos importante, el homofóbico legislador recibió el castigo a su intolerancia.
Porque por mucho que Leal quiera vender la historia de que abandonó las filas de Morena, lo cierto es que no pretendía irse y si lo hizo fue obligado por una inevitable expulsión, distinta a la primera intentona de correrlo cuando acudió a las autoridades electorales para aferrarse al partido y cuando, erróneamente, en Morena quisieron conservarlo en sus filas para mantener un número de diputados.
La justicia en ocasiones tarda, pero llega, siempre llega.
Porque al margen de sus creencias y preferencias, alguien tiene que recordarle todos los días a Juan Carlos Leal que es diputado de todos los nuevoleoneses, ricos y pobres, del sur y del norte, hayan o no votado por él y, aunque no le parezca, también lo es de los integrantes de los grupos LGBT y su trabajo es velar por defender sus derechos y bienestar.
Si al homofóbico diputado no le gusta o parece su trabajo bien puede renunciar, dado que ocupa su curul por representación proporcional y no por elección directa o bien, simplemente pedir licencia, recoger sus chivas e irse por donde llegó.
Al final la Justicia ha ganado, porque Leal no está donde él quería sostenerse contra la razón y por la fuerza; ya no ocupa ese lugar del que sus propios compañeros de Morena debieron sacarlo de inmediato tras sus ofensas y para lo cual les hizo falta dignidad, pero sobre todo valor y congruencia, la misma que le hizo falta a la dirigencia de su partido en el estado, porque tuvo que llegar una resolución de una instancia nacional para poner las cosas en su sitio.
Enseñarle al diputado a comportarse será difícil, porque ya está grandecito y en su pequeña cabeza no entran razones, pero el caso debe ser un llamado de atención a los morenistas si en realidad quieren crecer como partido, como opción y como políticos con futuro en Nuevo León.
La Justicia llegó, de ellos depende mantenerse en el mismo sendero.