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Por Francisco Tijerina

@ftijerin

“El lenguaje es el vestido de los pensamientos”. // Samuel Johnson

No soy mocho y aclaro que soy más mal hablado que cualquiera, pero desde siempre he sabido respetar el entorno en donde suelto mi lenguaje “alvaradeño” y sé conducirme con respeto y propiedad.

Soy además enamorado del lenguaje y del idioma, de la riqueza del español como lengua y de la infinidad de palabras que tiene.

Acepto que con mayor facilidad que antes he escrito aquí palabras que antaño serían consideradas impropias, pero siempre cuidando que tengan una justificación en el marco del texto, que aporten a la descriptiva, que ayuden en su adjetivación.

En ese escenario, no me cabe en la cabeza que una funcionaria pública, mujer, reconocida, medallista olímpica, sea capaz de conducirse de una forma tan vulgar.

Ana Gabriela Guevara dijo ayer en una reunión de trabajo con la Comisión de Juventud y Deporte de la Cámara de Senadores, literal: “Estamos recibiendo la caca del pasado”.

Ni me asusto ni me espanto ante la palabra “caca”, pero viniendo de una dama que comparece ante los senadores, esperaría un nivel más alto.

Y ya dentro del tema, ¿cómo es que siete meses después sigue recibiendo caca”?

¿Cómo es que inmersos en la austeridad republicana, recortando personal y becas, negando apoyos y metiendo la tijera, es que en siete meses se acabó el presupuesto de 12?

¿Serán verdad entonces las negras historias que se han publicado acerca de Guevara y sus cuates proveedores?

No se trata de simplemente acudir al presidente a solicitar una ampliación de presupuesto, Ana Gabriela Guevara tiene que empezar por explicar cómo se le terminaron los recursos, en qué y cómo gastó.

Y antes de ello, tiene que dejar de justificarse por el pasado ya que han transcurrido varios meses y si desde la jerarquía de su puesto no cortó lo indebido, la culpa no es del pasado sino de ella.

Sí, insisto y reitero, si quiere que la respeten, tiene que dejar de ser lépera y mal hablada, aunque se lo perdonaría si entregase buenas cuentas, en lo económico y también en lo deportivo en lo que los mexicanos no le hemos visto un solo resultado.

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// Francisco Tijerina

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Autor: Francisco Tijerina
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