Por Obed Campos.
El viernes de la semana pasada (19 de julio) llegamos mi esposa Nena y yo a almorzar al Tino´s, como lo hemos hecho casi todos los viernes de los últimos años. A ese restaurante en Los Cavazos lo conocí cuando tenía yo unos cinco años, y, aunque al pasar de los años no era tan frecuente mi visita, en los últimos tres años, por cuestiones de que Jacob toma el catecismo en Allende, llegamos siempre a almorzar o comer.
Pero a lo que voy es que este viernes pasado llegamos a almorzar, y con mucha hambre. Yo pedí un machacado natural y Nena y un queso en salsa. La mesera muy amable nos atendió diligente y trajo pronto los platillos.
El “pero” estuvo cuando Nena probó el queso en salsa y sabía francamente echado a perder. Yo también lo probé y di el mismo diagnóstico, por lo que le dijimos a la mesera, quien de inmediato retiró el plato y se lo llevó a la cocina.
En unos minutos más regresó el plato en manos de una dama, que supongo yo, es la subgerente o gerente del local, quien nos insistió en que la comida no tenía nada de malo… pero se negó a probar el tal queso en salsa.
Tras una discusión que francamente me pareció de lo más baladí, le dije a la mujer que no se preocupara, que de todos modos le iba yo a pagar el platillo echado a perder, pero que le trajera algo de comer a mi señora.
“¿Y el queso se los pongo para llevar?”, preguntó la incompetente empleada, a lo cual le alcé la voz y le dije rotundamente que no.
Total, le trajeron a Nena un machacado natural como el mío y al final nos cobraron la cuenta con los tres platillos, sin que mediara al menos una disculpa de por medio.
Da tristeza que un buen lugar como lo fue por tantos y tantos años se vaya a la basura por un mal servicio que se compone con poner un poco de atención.
No son ganas de joder a nadie, porque estoy seguro que estas palabras no le van a hacer al Tino´s más que lo que el aire a Juárez… Pero… No pensamos volver.
