Por Francisco Tijerina.
“Contemos también lo bueno”
Slogan de gobierno en los 80’s.
Después de que el control en los centros de reclusión en el estado fue uno de los más fuertes dolores de cabeza y motivo de preocupación para la sociedad, el gobierno de Jaime Rodríguez Calderón los ha pacificado y controlado, al grado de que muy pronto el viejo Penal del Topo Chico cerrará sus puertas.
Sin hacer mucho alboroto ni festinar lo que, es cierto, es su obligación, la administración de El Bronco ha cambiado las lanzas por cañas y ha conseguido lo que parecía imposible.
Que hoy los centros de readaptación trabajen en paz y en orden es todo un logro, pero más aún el que uno de los principales críticos de este gobierno, el periódico El Norte, lo reconozca públicamente, es para Jaime una hazaña.
Hay que admitir que, así como hoy elogian a El Bronco por sus resultados en el control de los penales, seguramente hay muchas otras áreas, tareas y acciones en las que las cosas funcionan bien y no se conocen por el “ruido” que provocan sus críticos y detractores.
Recordemos aquello de “las buenas noticias no son noticia” y por ello es que siempre pesarán más en el ánimo de los editores y editorialistas los puntos negros, aunque en estricta justicia y en una sociedad en donde priven el equilibrio y la razón, se tendrían que reconocer los aciertos.
Es tiempo de cacaraquear el huevo.