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Por Francisco Tijerina.

“Cada día me sorprenden menos”

Yomero.

Ayer, cuando escribí sobre la propuesta de que se presentase una iniciativa a fin de terminar de una vez por todas con la horrenda práctica de que nuestros diputados, senadores, síndicos y regidores se anden cambiando de partido como de chaqueta, no tenía ni remota idea de lo que horas antes había ocurrido en el Congreso de Nuevo León.

Si el observar triples saltos mortales sin red protectora como los que pegan muchos políticos que con asombrosa facilidad se cambiar de colores a fuerza del “convencimiento” de fortalecer a un partido con el número de integrantes, o de plano aquellos que por su berrinche de darse cuenta de que no tendrán más futuro se van a otra opción en donde les prometan una candidatura, ya no nos sorprende, lo del arranque de semana nos dejó con el ojo cuadrado.

La nueva forma del “piquete de ojos”, lo juro, jamás se me hubiese ocurrido: pedir prestados dos diputados a otro partido.

Al margen de los vericuetos legales de si el asunto es válido o no, la verdad es que la idea en sí misma es toda una innovación: te cambias y eres integrante de una bancada, pero en el fondo sigues perteneciendo al mismo partido. ¡Qué chulada!

Como buenos mexicanos amantes del futbol, nuestros congresos se parecen cada vez más a cualquier competencia de nuestras ligas de soccer.

A ver, ¿a poco no parece el “draft” de diputados cada vez que se andan cambiando de camisetas? Y ahora con la nueva idea, ¿a poco no es igualito que cuando un equipo le cede en calidad de préstamo a otro, pero sigue siendo su dueño?

Urge legislar sobre este asunto para terminar, de una vez por todas, con tanta desfachatez que, como dije ayer, sólo me da pie a pensar en cosas muy oscuras y con muchos ceros del lado derecho.

Me debería sorprender, pero ya no es así.ftijerin@rtvnews.com

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Autor: lostubos
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