Por Francisco Tijerina.
“La ley no ha sido establecida por el ingenio de los hombres, ni por el mandamiento de los pueblos,
sino que es algo eterno que rige el Universo con la sabiduría del imperar y del prohibir”
Cicerón
No dudo de las buenas intenciones de Mario Delgado y Tatiana Clouthier al presentar una iniciativa para prohibir en todo México el uso de plásticos de un solo uso.
Bien por incluir un lapso de un año para que todos nos adaptemos a la nueva norma y estoy cierto que, en muchos de los casos, (vasos, popotes, platos), podremos encontrar soluciones alternas.
Sin embargo, creo firmemente que a nuestros legisladores deberían prohibirles el andar prohibiendo cosas sin antes tener a la mano soluciones viables para resolver los embrollos en los que nos meten.
Porque sí, habrá “bolsas ecológicas” en los supermercados y siempre tendremos la opción de contar con una “red”, esa bolsa hecha también de plástico, para transportar las mercancías que adquirimos en el mercado o la tienda de servicio, pero…
¿En dónde o cómo recolectamos la basura que se genera en casa? ¿Bolsas de papel? ¿Cómo surtiremos la comida para llevar?
En mi juventud existían los popotes de papel y los vasos de cartón tratados con cera… ¿podrán hacer empaques iguales?
El punto no es la solución que podemos darle, sino el evitar que nuestros representantes populares se tiren a lo hondo de la alberca sin antes buscar y plantear soluciones prácticas a sus prohibiciones.
Como siempre he dicho: el remedio y el trapito o si no, prohibido prohibir.