Por José Jaime Ruiz.
Era tan buen historiador que no funcionó como burócrata de la 4T. Dijo nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador que los conservadores están moralmente derrotados. Se equivoca. Como presidente constitucional, a pesar de que reivindique a la guerrilla, Andrés Manuel está política y moralmente derrotado, por eso se fue de la burocracia uno de sus historiadores consentidos. Aunque no lo acepte, la derecha le sigue ganando a Andrés Manuel. Los poderes fácticos, eso, fácticos. Desde Donald Trump hasta los poderes económicos locales. ¿Cuándo Andrés Manuel empezará a ser Benito Juárez o, ya de perdido, Lázaro Cárdenas?
¿Cuál fue el Ejército que maltrató a los guerrilleros reivindicados por la 4T? ¿Desde la perspectiva de Pedro Salmerón y de Andrés Manuel hay Ejército malo y Ejército bueno? ¿Cuál era el de Gustavo Díaz Ordaz? ¿Cuál era el de Luis Echeverría? ¿Cuál era el de Felipe Calderón? ¿Cuál es el de López Obrador?
Si López Obrador fuera de izquierda, no lamentaría la renuncia de Pedro, le exigiría mantenerse en su puesto. Prefiere sacrificar al peón, es su estilo. Como en cualquier partida de ajedrez, hay consecuencias. Todos pierden, menos el jugador, son piezas.
Nada hay imprescindible para Andrés Manuel. Puede ir en contra de las condonaciones, pero ni condena ni condona el consumo, el verdadero sentido del capitalismo. Dice estar a favor de los pueblos originarios, pero los destruye con su propuesta de Tren Maya. ¿Cuánto ha crecido la industria del narcotráfico en época de López Obrador?
Salmerón y sus posturas no son el problema. El problema es que la 4T no va. Y, como siempre, la sociedad y los ciudadanos hacemos muchos más que cualquier gobierno. Andrés Manuel cree en su éxito, ya empezó el fracaso.