Por Francisco Tijerina.
“Cada loco, con su tema…”
Joan Manuel Serrat.
En todos los entes legislativos del país, desde las grandes esferas hasta el cabildo del último rincón, cada uno de sus integrantes anda con su tema y para él ese, ningún otro, es el más importante.
Sí, se someten y apoyan lo que les indica la línea del gobierno o el partido, del coordinador o el interés, pero siempre a cambio de algo y con la ilusión de poder un día impulsar “su” tema.
Hace un par de días escribía acerca de que deberíamos dejar ese loco empeño de humanizar a los animales. En Congresos y Cabildos han gastado miles de horas, esfuerzos, dinero y recursos, para este tema específico y seguimos en donde mismo.
Ayer, en Nuevo León, la Magistrada Graciela Buchanan nos ofreció una muestra de lo errados que están nuestros representantes populares al anteponer los derechos de los animales a los de los humanos, al presentar (de nueva cuenta porque la anterior caducó al no ser atendida por los diputados), una iniciativa a fin de que los padres de cualquier persona con alguna discapacidad, puedan seguirla representando legalmente aún después de que cumpla la mayoría de edad.
Es algo de simple lógica, si ese ser humano no puede tomar decisiones, sus padres o tutores deberían poder hacerlo en automático, pero el problema es que no está en la ley y sin ello el asunto se complica.
Bien por doña Graciela, pero mal, muy mal, por nuestros diputados, por esos que andan encampañados tirando cuetes y criticando al gobierno antes de trabajar por cuestiones reales y urgentes, por detalles como este que insisto sería de simple lógica, pero que no ha sido atendido y, lo que es peor, dejaron que caducara en el enorme altero de pendientes y rezagos que tienen, porque presentan propuestas e iniciativas hasta para que se legisle el sabor de los refrescos que van a tomar o el contenido de las empanadas que se van a merendar.
Más humanos, menos grillos; más del lado del pueblo y menos de sus intereses particulares o de grupo. Así los queremos, así los elegimos, pero tan pronto llegaron a su curul se olvidaron de todo y creen que están ahí por sus merecimientos y para hacer lo que les venga en gana, ocupados en sus cosas y no en lo que deberían estar.
