La funcionaria feminista de Yucatán, Regina Carrillo Valenzuela, fue despedida del cargo que mantenía como coordinadora del Centro Cultural del Niño Yucateco (CECUNY), por una publicación que realizó en su cuenta de Facebook, donde comparaba a los simpatizantes del Frente Nacional por la Familia con el Ku Klux Klan.
Por dicha publicación, el gobierno de Yucatán la sancionó por uso inadecuado de las redes sociales y la dio de baja. El Ku Klux Klan es una organización de extrema derecha fundada en Estados Unidos, considerada supremacista, racista, homofóbica y xenófoba.
La exfuncionaria explicó que además de la publicación en su Facebook personal, el despido fue ocasionado por medios de comunicación y usuarios que circularon capturas de pantalla donde ella se pronunciaba a favor de temas como el aborto legal, matrimonio igualitario y feminismo que “fueron sacados de contexto”.
Esas acciones derivaron en el rechazo hacia la activista por parte de grupos conservadores, lo que influyó en la decisión de las autoridades estatales, refirió Carrillo: “En días pasado compartí en mis redes sociales personas una publicación satírica que sin estar acompañada de razonamiento que la motiva, fue considerada desatinada e incluso ofensiva por ciertos sectores de la población, con quienes me disculpo por el tono y ligereza con que fue realizada”.
A través de una carta compartida por redes sociales, Regina Carrillo dijo que la intención de su publicación fue una sátira política que “no debería ser comparable con los discursos que piden la anulación o restricción de derechos humanos”.
Por ello, acusó de una persecución contra activistas y defensores de derechos humanos por parte de grupos conservadores cercanos a las autoridades, misma que se fortaleció desde las manifestaciones por la legalización del aborto el pasado 28 de septiembre. A pesar de todo el debate, la excoordinadora asumió con responsabilidad la decisión del gobierno.
En redes sociales, académicos, artistas y activistas locales se pronunciaron en contra del despido por considerarlo injusto; aunque también ocasionó reacciones de los usuarios a favor y en contra del cese de la activista feminista.
Regina Carrillo ha trabajado dentro de la sociedad civil y fue parte del grupo que solicitó la Alerta de Violencia de Género para Yucatán, por lo que se considera militante feministas. Frente a su despido y rechazo de sus ideales, recordó la urgencia de fortalecer la lucha feminista, particularmente por las mujeres en Yucatán y sentenció que en el gobierno estatal, “lo personal es político”.