Por Eloy Garza González
Se dice que los principales culpables de la próxima victoria electoral de Donald Trump serán Facebook y Twitter. Y es cierto.
Pero no condénenos a Facebook ni a Twitter. No son más que la realidad aumentada de los seres humanos. Debilidades y flaquezas, simpatías y diferencias se mantienen en Twitter o Instagram; medios que simplemente aumentan exponencialmente nuestros vicios o virtudes.
En Facebook se dan como ciertas noticias absurdas o exageradas. Su algoritmo prioriza las notas más compartidas antes que las comprobables. Durante la próxima campaña presidencial de Trump la red de Mark Zuckerberg volverá a ser campo minado: habrá que andarse con cuidado al leer cualquier post o meme político.
La difamación es trending topic. La falsedad funciona y tiene millones de despistados seguidores.
Las exageraciones, insultos y ponzoña escrita no tiene precedente en ninguna campaña presidencial. Facebook es políticamente el circo de los horrores. Y este escenario demencial lo capitalizará Donald Trump.
44 por ciento de los norteamericanos cree cualquier noticia posteada en Facebook (según estudios de la Pew Research Center). Peor nos pasa a los mexicanos. Así se entenderá por qué la era Trump es la era de la posverdad, posterior a la veracidad. Tanto así, que ya Facebook anunció que “no volverá a aceptar publicidad de apps o páginas que contengan contenido ilegal o engañoso”. No se la crean. Viene más contenido ilegal en redes sociales como nunca antes.