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“Templo Mayor” y su mentira; Dresser, Garfias, Rocha… ¡uf!

Por José Jaime Ruiz

@ruizjosejaime

Las columnas políticas analizan, publican trascendidos e inclusive, dudan. Mentir no es una tarea del periodismo. La columna “Templo Mayor”, de Reforma, distorsiona y miente. Leamos:

“Vaya, ni siquiera quiso entrarle a la idea de una fiscalía para feminicidios a nivel federal. Lo dejó en manos del Legislativo y de los estados. Además, cuando le piden hablar de las mujeres asesinadas, López Obrador opta por culpar al neoliberalismo o convertirse él en la víctima.”

¿No quiso entrarle a la idea de una fiscalía para feminicidios?

Todo lo contrario. Dijo ayer en la mañanera sobre la creación de dicha fiscalía:

“Sí, claro que sí, eso corresponde a los congresos estatales, los congresos federales, el congreso federal, corresponde a los gobiernos de los estados, a la Fiscalía General. Yo lo veo muy bien y todo lo que se haga para conseguir la paz y la tranquilidad, lo vemos muy bien y vamos a seguir ayudando en todo.”

¿Dónde quedó la bolita?

Más aún, en su edición digital de hoy, El Financiero informa: “El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo este miércoles que estaría a favor de mandar una iniciativa preferente al Congreso de la Unión para la creación de una fiscalía para atender feminicidios”.

“‘Sí, en el caso de que eso es lo que se requiera y se necesite’, contestó el mandatario sobre si optaría por esta opción. El martes, el mandatario indicó que estaría a favor de la creación de dicha dependencia especializada.”

Alejandro Junco de la Vega debiera pedirle más atención, precisión, exactitud a quienes elaboran “Tempo Mayor”. Las mentiras hacen perder la credibilidad.

DRESSER, ROCHA, GARFIAS…

Si no se pusieron de acuerdo, parecería. Ayer Denise Dresser lanzó un tuit diciendo que Fátima y los feminicidios se están convirtiendo en el Ayotzinapa de AMLO. En su columna de Excélsior, Francisco Garfias va por el mismo rumbo con el título de su texto: “El Ayotzinapa de López Obrador…”, aunque “se cuida de cuidar la fuente” que se lo comentó. Y Ricardo Rocha, en El Universal, se pregunta: “Feminicidio: ¿el Ayotzinapa de AMLO?”.

La distorsión salta a la vista porque son hechos incomparables y, en términos de percepción, inclusive de comunicación política, “Fátima” no es un punto de quiebre. Los feminicidios, si no se atienden, lo serán. Otra distorsión de los críticos obcecados es descalificarlo por su “evangelio”, por sus “homilías”, por tratar de ser el “mesías” y, sin embargo, cuando se trata de rendición de cuentas, la responsabilidad es sólo de él. Aceptar rechazando es una pésima contradicción.

La mayoría de quienes se sintieron comentócratas han confundido la legítima exigencia con la condena a priori de la 4T. Hay un dejo de dolor por los tiempos pretéritos porque la pasaban mejor. Ahora quieren imponer la percepción de que todo está mal.Todo periodismo militante es extremista: más que desmenuzar, analizar la realidad, tratan de imponer SU realidad, su manera de ver el mundo. Se estancaron en la época inmunológica (Byung-Chul Han), entendida como repeler todo lo que es extraño. Y Andrés Manuel, a pesar de su extensa vida pública, les es extraño.

Los comentócratas no entienden que no entienden. La 4T debe acelerar, precisamente, la transformación: pasar del Estado depredador al Estado protector y ahí entra evitar y resolver los feminicidios. Repito: La 4T será feminista o no será.

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Vía / Autor:

// José Jaime Ruiz

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Autor: José Jaime Ruiz
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