El papa Francisco I se postró en el suelo de la Basílica de San Pedro para la celebración de la misa del viernes santo.
La misa se realizó sin fieles, como el resto de las celebraciones eucarísticas que se han efectuado desde la pandemia global por coronavirus. El predicador Raniero Cantalamessa aseguró que el Covid-19 ha recordado a los fieles que son mortales.»Apenas el elemento más pequeño y sin forma de la naturaleza, un virus, nos ha recordado que somos mortales”Raniero Cantalamessa. Predicador
Tras ello el Papa realizó una procesión nocturna para rendir homenaje a las celebraciones santas, las más importantes de la fe católica.
Estas misas y procesiones solían llevarse a cabo con cientos de fieles.
La ciudad del Vaticano se encuentra enclavada en Italia, país que ha sido severamente afectado por el coronavirus Covid-19.