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¡Viva México, cabrones!

Por José Jaime Ruiz

@ruizjosejaime

La anamnesis brinca, no lo sé de cierto, pero supongo que fue Octavio Paz quien suscribió que, después de la caída del Muro de Berlín, lo importante en política, más allá de izquierda y derecha, era la actitud, actitud ante los demás, ante los próximos, prójimos, también con los lejanos.

En su artículo de hoy en La Jornada, Enrique Galván Ochoa pregunta: “¿Cómo le hicieron? ¿De qué se privaron? ¿Cuántos sacrificios se impusieron? Sólo podemos imaginarlo”. En efecto, sólo podemos imaginar cuánto se la pelaron nuestros emigrantes que viven en los Estados Unidos para mandar remesas históricas en plena contingencia por el coronavirus.

El oráculo de Delfos se equivocaba menos que los profetas de la catástrofe, las calificadoras y los analistas, que previeron una disminución en las remesas. De acuerdo con datos del Banco de México, el dinero enviado por inmigrantes que trabajan fuera del país aumentó 36 por ciento el mes pasado a un récord de 4 mil 20 millones de dólares.

En la mañanera de este martes, el presidente Andrés Manuel López Obrador comentó: “…nosotros estamos muy agradecidos con los paisanos, con los migrantes, no es poca cosa lo que hacen. Imagínense, se van porque en su país no tuvieron oportunidad, se van a buscarse la vida, a buscar trabajo y algo que mitigue su pobreza, y ahora nos envían estas remesas que ya son la principal fuente de ingresos que tiene el país.

“Se dice sencillo cuatro mil millones de dólares, pero imagínense lo que significa esto en las comunidades más pobres, porque es donde va, es la mejor distribución, puede ser que tengamos crecimientos en otras ramas económicas, pero no hay una distribución de ese dinero, de ese ingreso tan equitativo como el caso de las remesas, estamos hablando de 10 millones de familias, se está hablando de una tercera parte de la población, una tercera parte de las familias”.

La actitud, la actitud, la actitud…

Según El Financiero: “El debilitamiento de 22 por ciento que este año ha experimentado la moneda mexicana en comparación con el dólar y las normas de inmigración más estrictas que pueden aumentar la deportación de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos ayudan a explicar el repentino aumento de las remesas”.

Las remesas son una forma de la solidaridad: “Que la familia esté bien en mi país aunque uno esté jodido en el gabacho”. Hay de patriotas a patriotas. Unos sostienen la economía de México en la peor crisis pandémica y otros hacen negocios, como el “patriota” Bartlett (lo de “patriota” lo dicen connotados miembros de la 4T). En inyección económica los paisas se la pelan; en corrupción e impunidad, a los Bartlett se la pelan. ¿Y con qué porcentaje voraz se queda Banco Azteca y Elektra, de Ricardo Salinas Pliego, de las remesas?

La actitud, la actitud, la actitud… Unos son solidarios, los otros unos inmundos egoístas.

Los verdaderos patriotas están allá, afuera. Más nacionalistas que cualquiera, ellos sí pueden gritar este 5 de Mayo: ¡Viva México, cabrones!

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// José Jaime Ruiz

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Autor: stafflostubos
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