Por Obed Campos
Busco en la red, que es el moderno “tumbaburros”, la definición del término tan mexicano “enseñar la oreja”. En resumen, dice: “Dejar una persona, involuntariamente, que se vean sus malas intenciones en un asunto o el defecto moral de que adolece…”
El diputado federal por el Partido Encuentro Solidario (PES), Ernesto Vargas Contreras, alias Ernesto D’Alessio, es yerno del dueño de esa organización política, el exitoso abogado, ganadero y empresario regiomontano, pero avecindado en San Pedro Garza García, Nuevo León, Jorge Ruiz Velasco.
Solamente así se explica que Vargas Contreras enseñara la oreja todo octubre, yéndose en los primeros días del mes en grupo a Cancún, valiéndole una pura y tres con sal la pandemia… y la amenaza de huracán.
Tras varias noches de juerga, Vargas Contreras se quedó “atrapado” en aquel paraíso maya a consecuencia del embate del huracán Delta.
“Mi vuelo fue cancelado desde la mañana y estamos a punto de recibir al huracán #deltahurricane ya con todas las recomendaciones que hizo el gobierno de Quintana Roo. Dios nos bendiga a todos”, publicó en su cuenta de Twitter @Ernestodalessio a las 8:57 pm del 6 de octubre pasado.
Por fortuna parece que el susto no pasó a mayores, y con un par de noches en algún refugio, Vargas Contreras regresó con su familia a Nuevo León, pero no con muchas ganas de continuar con su trabajo legislativo.
El 21 de octubre, con obviamente no muchas ganas de regresar a la Cámara de Diputados a cumplir con su obligación, el legislador, como si no hubiera llenado de vacacionar, escribe: “Ya tenemos los teléfonos y la app sigue en pruebas para sesionar de manera remota. Estamos entrando a una segunda ola de contagios, mientras países en europa entran nuevamente en confinamiento. Se siguen contagiando diputad@s. Me parece irresponsable y urge q funcione la app…”
Si esa no es manera de enseñar la oreja, es una confirmación del otro refrán que sentencia “suerte te dé Dios”.
