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Por Félix Cortés Camarillo

Es frecuente que por falta de información haya gente que confunda dos eventos culturales importantes que tienen lugar en fechas demasiado próximas. De esa manera, hay quien considera que el Día de Muertos y el Halloween son casi equivalentes. Nada más lejano a la verdad.

Es cierto que el Halloween incluye en sus manifestaciones externas brujas, esqueletos, adefesios, vampiros y múltiples disfraces transformadores. El día de muertos mexicano tiene la calavera como emblema central y la muerte como un fenómeno fundamental. Pero ahí termina la cercanía.

La fiesta de Halloween tiene orígenes paganos, muy antiguos, desde las lupercales romanas. Originalmente eran fiesta de faunos y machos cabríos, celebración de la fecundidad en honor de la loba que amamantó a Rómulo y Remo, y de la fundación de Roma. Hoy en día Halloween sigue siendo la celebración del fin de las cosechas en el hemisferio norte porque ya se acerca el invierno de recogimiento; por eso la calabaza madura y las mazorcas de maíz están siempre presentes, alimento para los tiempos que llegan, Por eso están ahí la paja y el campo. Los niños recorren las calles en sus disfraces pidiendo dulces a cambio de no asustar a los moradores

La celebración de Día de Muertos es otra cosa mucho más compleja. Nace con los antiguos mexicanos y su convicción de que la muerte no es desaparición de la vida sino el paso a otro estadio de la existencia. Nuestros muertos regresan cada año a visitarnos. Por eso, los mexicanos acuden a los panteones el dos de noviembre, para convivir con sus difuntos. Hablan con ellos, rezan y cantan con ellos; comen sobre sus tumbas y comparten las bebidas y los platillos favoritos de sus difuntos. Los niños pobres andan por las calles mendigando su “calaverita”. Otra pequeña cercanía artificialmente cultivada.

Ambas festividades pueden y deben coexistir y de hecho lo hacen. Algunos puristas del mexicanismo se quejan de que el Halloween está sustituyendo al Día de Muertos en la mentalidad y la cultura de nuestros hijos. A ellos hay que decirles que en cuestión de afectos solamente se pierde aquel que no se cuida, no se cultiva ni se desarrolla. De nosotros depende que el Día de Muertos siga vivo y fuerte.

Como igualmente depende de nosotros que el número de muertos por Covid 19 se contenga. Diezmar es un término que se usa en las guerras con ligereza. Quiere decir que uno de cada diez resulta muerto. El diez por ciento. Más o menos lo que nos está costando a los mexicanos la irrupción de la pandemia. Quédense en casa; lávense las manos: pónganse la máscara.

PREGUNTA para la mañanera porque no me dejan entrar sin tapabocas: con todo respeto, Señor Presidente, ahora que por arte del plumazo imperial Usted mandó desaparecer el FONDEM (Fondo para atención de las Emergencias) ¿qué van a hacer las decenas de miles de damnificados por las lluvias en su queridísimo Tabasco? ¿Encomendarse al Chapulín Colorado?

‎felixcortescama@gmail.com

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Vía / Autor:

// Félix Cortés Camarillo

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Autor: lostubos
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