Por Francisco Tijerina Elguezabal
«¡Como México no hay dos!» // Dicho popular
Llegarán en breve a nuestro país las vacunas para el coronavirus, aplaudo, celebro y festejo que la primera dotación de ellas sea destinada al personal de Salud que está en la línea de fuego combatiendo al mal.
Espero, lo digo sinceramente, que no se destine ni una sola para políticos de ningún nivel, desde el presidente y los secretarios de Estado, pasando por Gobernadores, diputados y senadores. Me encantaría escuchar que por decisión propia anteponen el bienestar del pueblo al personal, que ellos serán los últimos, cual capitanes de barcos, en aplicarse el antídoto.
Me parece excelente el que se destinen estos anticuerpos para elementos del Ejército y policías en una segunda instancia, ellos nos cuidan y salen todos los días a arriesgarse protegiendo nuestras vidas y nuestro patrimonio. Sin embargo me queda la duda, ¿después de ellos cuántas estarán disponibles?
Me parece loable la decisión de que el tercer grupo en jerarquización sean los adultos vulnerables que han conformado el grupo poblacional de mayor riesgo en esta pandemia.
Vistos estos tres grupos me asalta la duda: ¿cómo hacer para evitar que en medio de todo esto surjan pillos, ladrones y vivales que pretendan aprovechar la situación para sacar provecho?
Porque ocurrirá, bien lo sé, que un montón de influyentes busquen la forma de brincarse las trancas y conseguir vacunas para ellos y sus familias; que ricachones ofrezcan cualquier dinero para ser los primeros, que aparezcan en redes sociales vacunas en el mercado negro.
¿Cómo evitar que se vendan “vacunas similares”? ¿Cómo impedir que salgan al mercado botellas de líquido desconocido diciendo que se trata de las milagrosas vacunas para evitar el mal? ¿Cómo proteger estos tesoros para que, como ha ocurrido antes, no “desaparezcan” de bodegas del gobierno?
El gobierno federal ya debería tener listo todo un programa y logística para la distribución y aplicación de las vacunas. No son las necesarias para cubrir al cien por ciento de la población y esto originará un caos y un problema, por lo que deben brindar certidumbre y confianza en la población.
Tomar decisiones implica el priorizar la aplicación y con ello el decir “no” a muchos lo que te lleva a la impopularidad, la crítica y el desasosiego en tiempos difíciles.
¿Están realmente preparados para este paso?
Hoy no están importante el “¿qué?”, sino el “¿cómo?”.
ftijerin@rtvnews.com