Por José Jaime Ruiz
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@ruizjosejaime
El exaspirante a la candidatura de Morena al Gobierno de Nuevo León, Rafael Zarazúa, está cumpliendo con el compromiso que selló con Rodrigo Medina de la Cruz y con Francisco Cienfuegos, es decir, ser el infiltrado en Morena para tratar de desestabilizar a Clara Luz Flores. No lo ha logrado.
La carrera política de Zarazúa en Morena ha sido la de ostentarse como miembro de la izquierda cuando, en realidad, trabaja para el PRI medinista. Hace dos años operó para que la diputada local, Claudia Tapia, dejara la coordinación de Morena en el Congreso local. Impulsado por Paco Cienfuegos (el dinero llama al dinero), ahora quiere contaminar la encuesta de Morena que le da el triunfo holgado a Clara Luz.
Lo advertí hace días cuando publiqué:
“Rafael Zarazúa es el candidato del exgobernador Rodrigo Medina de la Cruz para contender por Morena a la candidatura al gobierno de Nuevo León. Por sus acciones en el Congreso local, y por su sociedad con el medinista Francisco Cienfuegos, Rafa (“cobro por evento”) será utilizado para disminuir la candidatura de Clara Luz Flores. Zarazúa se convertirá, al interior de Morena, en el porro político de Rodrigo Medina y de Paco Cienfuegos.
“No hay que profundizar cómo Zarazúa ha ido de la mano con las decisiones de Paco en el Legislativo de Nuevo León, el historial está al alcance de todos, también las ‘posiciones’ que Rafa mantiene en la administración de Monterrey a través de Adrián de la Garza. Zarazúa, el expriista, es el infiltrado medinista en Morena.”
La “impugnación” de Rafael Zarazúa es la etapa final de los servicios prestados a los medinistas. Es interesante que Zarazúa “impugne” el proceso a posteriori y no lo haya hecho desde el principio. Dice ahora: “No soy comparsa ni me voy a prestar a una imposición, no hubo procedimiento de nada. Es un tema de dignidad, no soy cómplice, ni palero de nadie”.
El dramatismo de Zarazúa deviene en comicidad cuando en Monterrey la clase política sabe que ha sido comparsa, cómplice y palero de Paco Cienfuegos y de Adrián de la Garza (candidato del PRI medinista al gobierno de Nuevo León). Asegura que Morena no tiene la culpa “de las decisiones de unos cuantos”.
Habría que recordarle a Zarazúa que entre las decisiones de esos cuantos se incluye la del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien bajó de la competencia a Tatiana Clouthier; la misma Tatiana, quien aceptó bajarse para luego subirse a la Secretaría de Economía; la de Mario Delgado, quien avaló el proceso de encuestas y su resultado; la de Mario Fernández Quiroga, quien le levantó la mano a Clara Luz.
En fin, Zarazúa, siervo del PRI medinista, se alejó, ¿alguna vez estuvo cerca?, de la 4T. ¿No robar? ¿No traicionar? ¿No mentir? Quien traiciona, miente y roba, no merece estar arropado por la 4T. Como dice frecuentemente Andrés Manuel: ¡Fuera máscaras!
