Vecinos de la colonia Emiliano Zapata, en Puerto Vallarta, liderados por el sacerdote Esteban Salazar González, protestaron en las inmediaciones de la iglesia de la Santa Cruz para exigir la clausura de un bar gay ubicado en la esquina de las calles Aguacate y Lázaro Cárdenas, justo enfrente de la parroquia.
Esto, porque consideran que el «Candy Bar» viola el reglamento de giros del municipio que en su artículo 25 señala que no deben instalar establecimientos de este tipo a no más de 200 metros de escuelas, asilos y centros de culto.
No quieren que un bar gay esté frente a una iglesia
Asimismo, argumentan que aunque su gira es presuntamente de restaurante bar, funciona más como lo segundo y que incluso cuenta con servicios de «encuentros íntimos» que presuntamente estarían anunciados en redes sociales. Además, el sacerdote indicó que su mayor problema tampoco es el ruido, aunque en cuanto las autoridades se van, lo suben.
Entonces todo radica en el giro, en que no le parece que haya un bar a 36 pasos de un centro de culto: «No se trata de discriminación, sino de que haya un bar frente a una iglesia», dijo Esteban Salazar, quien afirma que las autoridades han hecho caso omiso a sus quejas.
Declaraciones discriminatorias
Sin embargo, el pasado sábado 23 de enero los vecinos, feligreses y el cura se manifestaron frente al «Candy Bar» durante su apertura, realizando comentarios con un tinte homofóbico que vuelve confusa la situación y que no sostiene las primeras declaraciones de Salazar González.
“No es posible que se nos desplace, que otras personas que ni siquiera son de Puerto Vallarta tengan mayores derechos que nosotros. Exigimos que revoquen el permiso y se proceda a la cancelación. Vallarta era nuestro, pero ahora ya no podemos caminar por nuestras calles. Ahora pasa un gay aquí y él si puede andar desnudo y hacer lo que quiera», fue uno de los comentarios.