Por Jorge Narváez
La Copa Libertadores sigue siendo un dolor de cabeza para cuatro grupos en específico que hacen funcionar al futbol soccer: directivos de Conmebol, directivos de la Liga MX, jugadores y afición. Pero el dolor ha aumentado en la administración de Mikel Arriola por tomar el reto como bandera de campaña y ahora tiene un problema con muy poco nivel de solución.
México quiere regresar a esa competencia por el alto nivel que manejan los equipos miembros de Conmebol. Hablamos de River Plate, Boca Junior, Racing Club, Peñarol, Independiente, Nacional, Sao Paulo, Santos, Flamengo, Palmeiras, entre otros.
Para volver a participar, México quiere imponer sus condiciones, siendo que es invitado a un torneo diferente a la confederación a la que pertenece. Mikel Arriola ha declarado que la puerta está abierta, pero no aceptará una desigualdad para el país, pues él asegura que México lleva dinero y patrocinios donde los beneficiados son los directivos sudamericanos. Además, busca que en una eventual final con un equipo mexicano se lleve a cabo en un estadio como el Azteca y no todos los juegos sean allá. Muy bien, pero a los directivos organizadores de la Copa Libertadores les vale un sorbete si México regresa o no. El torneo sigue siendo uno de los mejores del mundo, nada le pide a México que, además, aporta poco.
Los jugadores son el grupo que espera el momento de jugar en el torneo para medirse con jugadores estrella. La preparación y el sistema del futbol brasileño, argentino, chileno, uruguayo y otros puede ser igual o por muy poco superior al juego mexicano. Además, para aquellos jugadores que buscan migrar a otras ligas, este torneo es la pasarela que les sirve para hacerse notar.
El sector que siempre o en muchas ocasiones pierde es la afición que, sin intereses de por medio, quiere que México sea invitado por lo verdaderamente fundamental: la competencia. Querer ver a su equipo enfrentarse con un rival bueno y ganarle. Eso es lo que la afición busca: una competencia sana. A ellos no les interesa el tema económico, ellos quieren demostrar que son los mejores, ¡ah!, y también viajar.
Todo está en manos de Mikel Arriola que, siendo invitado, busca imponer sus condiciones. Ahora sí que como dice el refrán: “pelón y con piojos”.
Fotografía: Redes sociales/ Oncediario@SoyJorgeNarvaez