Por José Jaime Ruiz
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@ruizjosejaime
La estrategia de Rodrigo Medina, Francisco Cienfuegos y Adrián de la Garza en contra no sólo de su candidatura a la alcaldía de Monterrey sino del mismo Luis Donaldo Colosio (ya implicaron en la intimidación policial a su familia) es una estrategia fallida. Utilizar la coacción física (policías ministeriales y municipales) no es rudeza innecesaria, es rudeza a secas.
El PRI medinista judicializa y usa la fuerza pública con fines privados y para objetivos electorales. Desde ahora Paco Cienfuegos se siente perdido en las urnas, por eso la intimidación policial y judicial. No olvidemos que la policía municipal sirve a los intereses del alcalde con licencia y candidato a gobernador, Adrián de la Garza.
Un dato mayor: Adrián de la Garza fue procurador del estado, el actual director de la Agencia Estatal de Investigaciones, Esteban Cantú Montes, fue su jefe de la Unidad Antisecuestros y ya siendo alcalde fue el comisario de la Secretaría de Seguridad. El jefe de los ministeriales que fueron a intimidar a la familia Colosio trabaja implícitamente para Adrián.
El 4 de mayo de 2018 Reporte Índigo publicó la nota “La Fiscalía tiene dueño”: “Los recientes movimientos realizados en la Fiscalía General, a cargo de Gustavo Adolfo Guerrero, confirma que la dependencia, supuestamente autónoma, regresó a manos de viejos conocidos de Nuevo León, el exgobernador Rodrigo Medina y el exprocurador Adrián de la Garza, actualmente alcalde con licencia de Monterrey.
“(…) Funcionarios cercanos a los dos políticos priistas fueron colocados en puestos clave de la instancia que forma parte del Sistema Estatal Anticorrupción.
“De la Garza Santos fue nombrado procurador en la administración estatal de Medina de la Cruz, cuando el mandatario tenía control total sobre la extinta Procuraduría General de Justicia.
“Esteban Cantú Montes, recién nombrado director de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), sería el enlace principal de los dos priistas con el fiscal Guerrero.
“El nuevo encargado de la AEI fungió como director de la Unidad Especializada Antisecuestros de la desaparecida PGJNL, que encabezó del 2009 hasta principio de 2015, Adrián de la Garza.
Pero cuando el exprocurador se convirtió en edil de Monterrey a finales de 2015, Cantú Montes lo acompañó y fue nombrado comisario de Seguridad Pública y Vialidad de ese lugar”.
El fin de semana fue un descalabro político para Rodrigo Medina, Paco Cienfuegos y Adrián de la Garza. La percepción en Monterrey es que, a la mala, tratan de descarrilar la candidatura de Luis Donaldo. Pagar notas a favor de Paco Cienfuegos y columnas políticas para “argumentar” que Colosio no reside en Monterrey no se impuso como percepción ciudadana. Al contrario, el uso de la fuerza pública y de la fuerza administrativa en contra de la familia Colosio favorece a Luis Donaldo y desfavorece a Paco Cienfuegos. La credibilidad de Colosio aumentó, la de los medinistas sigue en declive.
Rodrigo, Paco y Adrián carecen de escrúpulos (no les importa la esposa, la cuñada o los hijos de Colosio), lo suyo es llevar a cabo una ejecución política: destruir a Luis Donaldo. Cienfuegos dice que el candidato de Movimiento Ciudadano quiere “victimizarse”. Se equivoca en su planteamiento, usar la palabra “víctima” en contra del hijo de la mayor víctima política de las recientes décadas (Colosio Murrieta) es un grave error en sus líneas discursivas.
Al tratar de destruir a Luis Donaldo Colosio Riojas, Rodrigo Medina, Adrián de la Garza, Paco Cienfuegos, Esteban Cantú, Meme Cavazos, se autodestruyen porque el apellido Colosio, en el imaginario colectivo, es más fuerte que su conspiración. El PRI medinista (casi cito a Robert Greene), desde su alevosía es el gestor de su propia destrucción.